INTRODUCCIÓN PARA LOS PROFANOS.
La ciencia como todo elemento humano, es ambivalente. Es un instrumento de comunicación más profundo y más sólido con aquellos que están "Iniciados", pero con aquellos que no lo están ya sea por cultivar otras disciplinas o por no tener una formación científica, puede ser instrumento de separación, de malos entendidos y por lo tanto, de conflicto.
El autor del presente estudio es un sacerdote que a la vez es sociólogo; seria interesante hacer una amplia demostración sobre las relaciones que tienen estas dos actividades como, en general, mostrar las diferencias y las aplicaciones de lo sagrado y de lo profano.
Para enfocar este problema deberíamos platear en toda su extensión las aplicaciones psicológicas, sociológicas e históricas de la Encarnación de Dios en todas sus consecuencias. Sin embargo, estas consideraciones se salen del objeto principal de la presente introducción.
Para poder ejercer las funciones de puente entre colegas sacerdotes y los colegas sociólogos, creo que hasta hacer unas consideraciones rápidas sobre la distinción entre lo normativo y lo positivo.
La ciencia positiva es básicamente inductiva; parte de la observación empírica para llegar a generalizaciones del primer grado de abstracción; es decir, a generalizaciones que nos den una certidumbre física, una certidumbre que se mantiene aceptando cualquier hecho en contra para modificarse. No se aspira a la certidumbre metafísica qué esta en el tercer grado de abstracción y se base en la esencia inmutable de los seres. Las ciencias normativas como la moral, la política, el derecho, se tienen que buscar en alguna certidumbre metafísica. Las ciencias positivas constatan los hechos, hacen generalizaciones lógicas y están sometidas a las verificaciones empíricas para corregir, ampliar y si es el caso, abolir las generalizaciones.
El presente estudio pretende ser un trabajo de sociología positiva. Como lo explicaremos más adelante, no está fundamentalmente sustentado por un análisis de campo; toma las experiencias directas de otros y las observaciones no estandarizadas del autor para enunciar una serie de hipótesis de trabajo.
Desde el punto de vista metodológico y científico este sistema es incompleto pero no es erróneo. Aunque, como dijimos atrás, la ciencia positiva se tiene que basar fundamentalmente en las observaciones empíricas cuando ellas tienen suficiente desarrollo, como en el caso de la sociología, es necesario relacionar la observación con una teoría general. Por otra parte, para enriquecer la teoría general se requiere lanzar hipótesis que solamente la intuición del científico puede preservar de que sean gratuitas. En teoría sea, por definición (ya que son hipótesis) básicamente gratuitas. Precisamente se plantean para que sean verificadas por la investigación positiva. En otras palabras, los trabajos científicos pueden iniciarse por cualquiera de los dos extremos: partiendo de generalizaciones, que corren el riesgo de ser gratuitas para llegar a generalizaciones que tienen el carácter de leyes científicas.
No obstante la evaluación de la sociología, especialmente en los últimos años, tenemos que reconocer que es una ciencia joven. Como tal, sus conceptos, su terminología, sus métodos y sus leyes no están aún suficientemente estructurados. Algunos sociólogos, principalmente de fines del siglo pasado y principios del presente, optaron por una oposición sectaria. Unos defendían la teoría y los planteamientos generales contra las investigaciones empíricas de escasa trascendencia teórica pero de mucha precisión técnica. Los sociólogos europeos, en genera adoptaron esta posición. Otros, por el contrario (entre los que se contaron muchos sociólogos norteamericanos) se dedicaron a minuciosas investigaciones sobre el terreno atacando las generalizaciones gratuitas.
Se ha dicho que la sociología europea es más interesante que verdadera y que la sociología norteamericana es más verdadera que interesante. Sin embargo, podemos afirmar que hoy en día en términos generales, está dicotomía ha sido superada y podemos hablar de una sociología universal.
Actualmente, el método inductivo y el método deductivo (de lo general a lo particular o de lo particular a lo general) son valederos mientras se acepte que son complementarios, que ninguno de los dos es verdaderamente científico si excluye al otro.
Con todo, el avance de la ciencia es paulatino y exige contribuciones parciales que también deberán ser complementarias.
En el caso de la "sociología Colombiana" encontramos una tradición que no podemos clasificar dentro de la sociología positiva. Hasta hace pocos años solamente se podía hablar de filósofos sociales. En los últimos tiempos hemos visto surgir la sociología positiva en nuestro país. Por inspiración norteamericana al principio, complementada posteriormente con influencias europeas. El aspecto empírico de la sociología comienza a prevalecer entre nosotros con una orientación tal que se puede correr el peligro de consagrarse únicamente al estudio del campo descuidando las generalizaciones.
No es posible hacer una sociología Colombiana aparte de la sociología universal. Sin embargo, es necesario hacer sociología Colombiana en dos sentidos: 1° Aplicando la teoría y los métodos sociológicos generales a nuestra realidad concreta y específica. Y 2° Contribuyendo a esta teoría y métodos con el análisis de las situaciones nuevas que nuestra realidad pueda sugerir. Esta sociología Colombiana se vería frustrada es su estructura tanto si faltara la investigación empírica como si se prescindiera de la generalización teórica. El presente estudio pretende ser una contribución a este último aspecto.
Aunque como sacerdote el autor debe desaprovechar los hechos sociales que estén en oposición a la moral cristiana, como sociólogo no se puede permitir la emisión de juicios de valor so pena de caer en el error metodológico de mezclar las ciencias positivas con las ciencias normativas. Por eso, no es de extrañar que se describa un fenómeno como el de la "violencia" - que, en términos generales no puede justificarse desde el punto de vista moral - como un factor de cambio social importante, sin pronunciarse sobre la bondad o la maldad de ese cambio y sobre la moralidad de sus consecuencias. Al decir "importante" no se quiere decir "constructivo". Ese vocablo se utiliza solamente en el plano de los fenómenos positivos que si por causa de la violencia han sido profundamente transformadores, tienen una importancia sociológica indiscutible.
Las observaciones anteriores podrían situar al lector que no esté familiarizado con los análisis positivos de las realidades sociales, en el terreno propicio para valorar los planteamientos que se hacen en este trabajo dentro de las limitaciones de la ciencia empírica que no puede pretender generalizaciones normativas.
1. Alcance del análisis.
Para poder precisar la magnitud de un cambio, es necesario determinar bien Claramente tres aspectos:
a) La situación antes del cambio.
b) Los factores que influyen y la manera como influyen en el cambio.
c) La situación posterior a la acción de dichos factores.
Sin embargo, es necesario anotar que en un cambio socio-cultural los anteriores puntos de referencia son mucho menos precisos que en el caso de un cambio físico. Las variables sociales poseen una dinámica constante y por eso es imposible considerar situaciones estables dentro del cambio social.
Con todo, la sociedad rural Colombiana antes de pasar por el fenómeno de la "violencia" era una sociedad relativamente estática, como trataremos de describiría a continuación. Esto facilita en parte el establecimiento del cambio ocurrido. A pesar de ello, es necesario limitar el fenómeno de cambio a algunas variables, ya que, por su complejidad, no podría describirse nunca en forma exhaustiva.
Muchas de las variables que consideraremos no son de ninguna manera exclusivas de la sociedad Colombiana. En muchos textos de sociología las encontramos como criterios determinantes de cualquier sociedad rural. Las hemos escogido aquí por considerar que han sido afectadas especialmente por el fenómeno de la violencia.
El presente análisis se refiere casi exclusivamente a la descripción hecha por Monseñor Germán Guzmán en el primer tomo del libro la violencia en Colombia y los trabajos efectuados en relación a la sociedad rural Colombiana, antes de haber sufrido el impacto de la violencia.
Aquí trataremos de estructurar los datos de los trabajos mencionados dentro de un esquema teórico adaptado a la descripción del cambio ocasionado por la violencia. Su valor objetivo dependerá de la objetividad de dichos estudios y muchas de las afirmaciones no podrán tener un sentido más amplio que el de ser simples hipótesis de trabajo que deberán ser sometidas a ulteriores investigaciones sobre el terreno para llegar a ser debidamente comprobadas, como lo explicamos ampliamente en la introducción.
Con estas observaciones podemos entrar de lleno al análisis del cambio socio-cultural considerado:
1°. La situación de las variables relacionadas antes de la violencia.
2°. La forma como fueron afectadas esas variables por el fenómeno de la violencia.
3°. El resultado final.
Las variables las clasificaremos en tres grupos:
1.- Aquellas que son comunes a toda sociedad rural.
2.- Aquellas que son propias de las sociedades rurales de los países subdesarrollados.
3.- Aquellas que son más características de sociedad rural Colombiana.
Naturalmente que la división anterior no deja de ser artificial, la tomamos para ordenar mejor el análisis pero trataremos de hacer las aplicaciones concretas a Colombia, aún en las dos primeras categorías de variables.
2°. Variables Consideradas.
1.- Variables comunes a toda sociedad rural.
a) Falta de división de trabajo, de especialización y escasez de roles.
b) Aislamiento social.
c) Importancia de los vecindarios en la vida social.
d) Individualismo.
e) Conflicto con el extra-grupo.
f) Sentimiento de inferioridad.
2.- Variables propias de las sociedades rurales de países subdesarrollados.
a) Ausencia de movilidad vertical ascendente.
b) Agresividad latente.
3.- Variables características de la sociedad rural Colombiana.
a) Sectarismo político.
b) Falta de conciencia de clase.
c) Respecto a la propiedad privada.
3°. Cambios socio-culturales ocurridos en cada una de las variables consideradas.
1.- Variables comunes a toda sociedad rural.
a) Falta de división de trabajo, de especialización y escasez de roles.
La actividad agropecuaria del cultivo de la tierra y del ganado es prácticamente la exclusiva del campesino Colombiano. En general, toda otra ocupación está condicionada por esta: el mercado, la actividad religiosa, familiar, etc.
La violencia plantea al campesino nuevas necesidades y con ellas la imposición de una división del trabajo y de una especialización. Para los grupos activos además de las necesidades requeridas en toda acción bélica, surgen aquellas específicas de la guerra de guerrillas, tales como las de espionaje, comunicaciones clandestinas, abastecimientos, asistencia social, relaciones públicas, etc.
Respecto de los grupos pasivos, también debemos constatar el aparecimiento de nuevas necesidades, tales como las de vigilancia, colaboración, tanto entre sí como con los grupos guerrilleros, todos aquellas impuestos en el caso de las migraciones forzadas, etc.
Para cada una de estas necesidades ha sido indispensable destacar elementos de la comunidad rural para que los ejerzan habitualmente, llegando así a un género de especialización que, aunque rudimentario, es importante respecto de las relaciones sociales.
Estas relaciones en la sociedad rural, como consecuencias de la falta de división y especialización del trabajo, son de características más íntimas, frecuentes y personales.
Este tipo conduce a un tipo de sociedad folk, tan bien descrita por Redfield:
"Esta sociedad es pequeña, aislada y homogénea, con un fuerte sentido de solidaridad. El modo de vida está convencional izado dentro de un sistema coherente que llamamos "una cultura". La conducta es tradicional, espontánea, no crítica y personal. No hay legislación, hábito de experimentación, ni reflexión para fines intelectuales. El parentesco, mas relaciones e instituciones son del tipo de categorías empíricas y el grupo familiar es la unidad de acción. Lo sagrado prevalece sobre lo secular, la economía es de auto-consumo más bien que de mercado".
Todas estas características se aplicaban exactamente a nuestra sociedad rural antes de haber pasado por la violencia.
Dentro de éstas tenemos que señalar: la conducta tradicional, espontánea, no crítica y personal como un efecto de la preponderancia de las relaciones primarias sobre las relaciones secundarias. Ahora bien, la falta de división del trabajo y de especialización lleva a esta predominancia, ya que la persona que realiza muchas funciones es la base de la interacción social mucho más que la función misma. La falta de especialización hace que no exista una exigencia ni una expectación social respecto del progreso por la instrucción formal.
La solidaridad de grupos es otro efecto de grupos es otro efecto de la falta de división del trabajo, si nos referimos a la solidaridad mecánica dentro de la teoría durkheinlana. Esta solidaridad mecánica produce naturalmente un sistema coherente de vida en la tradición y el sentimiento
Dentro de la teoría de Tonnies nuestra sociedad rural se acerca mucho más a la comunidad (geminschaft) que a la sociedad (gesellachaft). Por otro lado, la economía de autoconsumo estimula muchos mas las relaciones primarias que secundarias y es una de las causas de la falta de división del trabajo.
Los efectos de estos fenómenos sobre la actitud respecto del cambio social son de una gran importancia. La predominancia de las relaciones primarias sobre las secundarias comienza a desaparecer por la mayor división del trabajo, la mayor especialización y por consiguiente la multiplicación y diversificación de los roles sociales.
En las comunidades afectadas por la violencia las interacciones sociales comienzan a hacerse más en las funciones de las personas que en la persona misma. La solidaridad de grupos comienza a ser más orgánica que mecánica, es decir, más basada en la complementariedad de los roles diversos que en la homogeneidad de estos. Las relaciones sociales comienzan a basarse más en la razón que en la tradición y el sentimiento. La conducta deja de ser tradicional y espontánea y pasa a ser crítica e impersonal. La "comunidad" se transforma en "sociedad". Podríamos decir que nuestra sociedad rural afectada por la violencia comienza a urbanizarse en el sentido sociológico, en el sentido de que comienza a adquirir un comportamiento urbano.
Este proceso de urbanización se realiza exclusivamente por la aparición de actividades terciarias (servicios personales, comercio, transporte, servicios bélicos, etc.), sin ninguna conexión con la actividad secundaria de industrialización.
Los efectos socio-económicos son evidentes: el modo de vida urbano implica una actitud racional, anti-tradicional respecto del cambio social. Sin embargo, en esta caso esta actitud no va acompañada de una industrialización que permita elevar los niveles de vida. En una palabra, podemos decir que en la sociedad afectada por la violencia tenemos las actitudes urbanas sin los instrumentos propios de una sociedad urbana.
B) Aislamiento social.
Dentro de las variables comunes a todas las sociedades rurales encontramos el aislamiento social, elemento que incluye Redfield dentro de la sociedad folk.
Este fenómeno ecológico es debido a la baja densidad demográfica y a la ausencia de comunicaciones que caracteriza las sociedades rurales. En los países que subdesarrollados el aislamiento social se encuentra agudizado por la falta de transporte y la ausencia de comunicaciones de toda índole. En Colombia en particular, el aislamiento es aún mayor. La población Colombiana esta concentrada en la zona montañosa y en los valles separados por montañas. Las veredas o vecindarios rurales se encuentran aislados no solamente de las ciudades sino también de la cabecera del municipio y de las otras veredas.
La violencia incremento las migraciones rurales no solamente a la ciudad sino también entre las diversas localidades campesinas. Las fuerzas armadas además de sus sistemas propios de comunicación, fueron un conducto humano de transmisión de noticias, de valores sociales, de formas de conducta, establecido entre la ciudad y el campo y entre los diversos vecindarios rurales.
Como resultado, las poblaciones rurales han entrado en contacto tomando conciencia de necesidades comunes y adquiriendo una solidaridad de grupo al enfrentar el conocimiento de otros niveles de vida superiores, tanto rurales como urbanos.
Los patrones culturales locales comienzan a difundirse y se produce un fenómeno de asimilación de dichos factores, comenzando así un proceso de gestación de una subcultura rural Colombiana. Respecto del cambio social, el hecho de haber creado una solidaridad de grupo (que Marx llamaría "conciencia de clase") hace que el campesino Colombiano comience a constituirse en un grupo de presión en la base de la pirámide social. Grupo de presión que, mediante una organización, puede llegar a ser importante en las transformaciones de las estructuras sociales, políticas y económicas de Colombia.
c) Importancia de los vecindarios en la vida social.
Dado el aislamiento antes descrito, es lógico que el vecindario en la vida social de la comunidad rural sea de la mayor importancia. La actividad humana en esta sociedad tiene una referencia directa a la localización geográfica. La falta de división del trabajo excluye casi completamente la necesidad de desplazarse a otro lugar. Por lo tanto, el vecindario desarrolla con la familla, la institución de control social más eficaz en la sociedad campesina. La sanción aprobatoria o condenatoria del vecindario tiene una gran influencia en la conducta del campesino.
Sabemos que hay una relación estrecha entre la fuerza del control social y la estandarización de los patrones de conducta. Los fenómenos de anomia se presentan rara vez en una sociedad aislada y de control fuerte. En esta comunidad se encuentro entre sus individuos poca capacidad de asimilación, ya que para poder llevar la vida en sociedad les ha bastado acomodarse mecánicamente a los patrones tradicionales de conducta. De ahí viene la coherencia del sistema de la sociedad ((folk)) de que habla Redfield; de ahí también la falta de experiencia y la falta de reflexión para fines intelectuales. la conducta es más espontánea que reflexiva y por eso la capacidad de asimilación es menor.
La violencia rompe los marcos del vecindario rural. Los grupos guerrilleros comienzan a convertirse en nuevos elementos de control a una escala más regional que veredal. La presión oficial se manifiesta en muchas ocasiones por primera vez, en las áreas rurales, ejerciendo presiones de todo género (desde la violencia física hasta los halagos económicos) a escala regional, sobre las comunidades rurales. También la posibilidad y en algunas ocasiones la necesidad de emigrar libera a los grupos rurales del control social de la comunidad vecinal. Los grupos de referencia para el control social se multiplican; además de la familla existen los grupos guerrilleros; además del vecindario propio hay grupos de campesinos perseguidos más o menos beligerantes; el ejército militar y los grupos de ejércitos civiles, los grupos urbanos que intervienen directa e indirectamente en la violencia y por ella en las comunidades rurales. Todos estos grupos con sus diferentes patrones y valores de conducta relajan el control social en una forma semejante a lo que ocurre en las ciudades. El campesino habituado a actuar si reflexión no crítica, de acuerdo con patrones, pierde toda norma de conducta y se irá adaptando, en cuanto le sea posible, a los diferentes grupos de referencia. La conducta (anímica) se generaliza en esta forma dentro del conglomerado campesino como un efecto del rompimiento del aislamiento social del vecindario. Las comunidades rurales que han sufrido el fenómeno de la violencia están abiertas a toda clase de contacto cultural.
El rompimiento de su aislamiento social ha hecho perder importancia al vecindario de la vida social del campesino y ha establecido nuevas instituciones a la escala regional y nacional que caracterizan a la nueva sub-cultura originada por la violencia.
En forma similar a lo ocurrido con el aislamiento social se produce en el área rural un relajamiento del control social local por la multiplicación de controles que son independientes del lugar geográfico. Esta multiplicación de controles diversos se explica por la diversificación de las actividades de los habitantes rurales. Sin embargo, dicha diversificación no obedece a un fenómeno de desarrollo de la productividad económica, sino a actividades de destrucción, de defensa o simplemente de subsistencia, difícilmente enmarcables dentro de un plan de desarrollo socio-económico para el país. Podemos decir también en este caso, que encontramos fenómenos sociológicos de urbanización, sin los fenómenos concomitantes de industrialización y de creación de ciudades.
Los nuevos organismos de control y la relajación de estos, han llevado a una conducta más reflexiva y más crítica, pero de acuerdo con una escala de valores completamente patológicos.
D) Individualismo:
El aislamiento produce en general la existencia de grupos y sociedades cerradas. Sin embargo, cuando a ese aislamiento se une el trabajo aislado de cada individuo, el individualismo surge como una secuela lógica. Este es el caso en las sociedades rurales de estructura minifundista o de ocupación estacionaria de las cosechas. Los intereses son entonces individuales y la colaboración solo surge en función de estos. Instituciones como la "la malaga", "la mano vuelta", "el convite", tienen un carácter transitorio y no contradicen sino que confirman la conducta individualista en cuanto ésta se entiende como "resultante de la búsqueda de objetivos en función de intereses predominantemente personales". El individualismo es una actitud que no define por su motivación. Sin embargo, la conducta social es un índice, y a veces el único conocido y conocible, de la motivación de los individuos.
Dada la predominancia del minifundista y del cosechero dentro de la población campesina Colombiana, podemos asegurar que la actitud individualista es bastante generalizada especialmente en las áreas más aisladas. Los hábitos colectivistas que tenían algunas comunidades indígenas puede decirse que han desaparecido dentro de la mayoría de los campesinos Colombianos.
La violencia rompe en gran parte el individualismo campesino.
Las fuerzas oficiales introducen sistemas de conducta donde se hace indispensable el trabajo en equipo. En forma similar son organizadas por el gobierno las llamadas "guerrillas de paz", para combatir a los bandoleros.
Las fuerzas de guerrilleros, "formal e informalmente" constituyen elementos de trabajo colectivo que también quebrantan el sentido individualista de nuestro habitante rural.
Formalmente se establecen "Normas Organizativas de las Fuerzas Guerrilleras". En ellas los intereses colectivos priman sobre los intereses individuales.
Informalmente, los guerrilleros debían trabajar en equipo para todas sus labores tanto bélicas como de subsistencia. Inclusive, se establecen grupos como el de Pato, en donde por esfuerzo colectivo se construyó un trapiche, se sembró una huerta, se organizó la producción de panela y la rocería de los campos, así como las siembras, el deshierbe y las cosechas.
La solidaridad de grupo propio de toda la comunidad marginal y en especial de todo grupo considerado fuera de la ley, se verifica plenamente dentro de los grupos guerrilleros.
Dentro de los campesinos la violencia crea circunstancias por las cuales ellos tienen que romper con su individualismo; las migraciones conjuntas, la defensa de las comunidades rurales, la organización para la producción, etc., crean una mentalidad de cooperación, de iniciativa y de conciencia respecto de las necesidades comunes. Sí al rompimiento del individualismo unimos la creación de una subcultura rural y de una conciencia de clase, tenemos una situación nueva en la comunidad rural Colombiana, que hace que dicha comunidad constituya un elemento social con cohesión interna, con iniciativa y con dinamismo frente a las posibilidades del cambio social.
e) Conflicto con el extra grupo.
Los grupos rurales descritos con las características anteriores son necesariamente cerrados "con un fuerte sentido de solidaridad", según la descripción de Redfield, solidaridad interna que está generalmente en relación directa con el grado de conflicto respecto de los elementos extragrupo.
Nuestras comunidades rurales tiene, en efecto, una actitud de desconfianza respecto de las instituciones, de los líderes y en general de las personas que no pertenecen a su grupo social.
Las instituciones pertenecientes al extragrupo podemos clasificarlas en oficiales, eclesiásticas y privadas. Es necesario hacer notar que muchas de las instituciones oficiales, eclesiásticas y privadas pertenecían al mismo grupo campesino, en el sentido de que eran identificadas con la comunidad rural mucho más que con el gobierno, la Iglesia u otra entidad de nivel nacional.
El empleo del pronombre personal de primera persona en plural, "nuestro", en relación a la Iglesia (como edificio), al palacio municipal y algunas de las haciendas, nos revela ese sentimiento de solidaridad con dichas instituciones.
Sin embargo, la actitud respecto a instituciones oficiales a un nivel superior al nivel municipal, no era una actitud de conflicto abierto sino más bien de reserva y aún de desconfianza; lo mismo podemos decir de actitud respecto a entidades eclesiásticas y particulares no pertenecientes a la localidad.
No obstante, es indispensable distinguir en el área rural dos tipos de comunidades muy diferentes: la perteneciente al pueblo y las pertenecientes a las veredas. Dentro de estos tipos existía, antes de la violencia, una relación de acomodación en la cual las comunidades veredales estaban subordinadas a la comunidad del pueblo; esta acomodación algunas veces se convertía en conflicto, especialmente por razones políticas. Razones políticas que posiblemente eran un símbolo para manifestar un conflicto latente ocasionado por la situación de inferioridad de las veredas respecto de la cabecera del municipio.
Entre las diferentes veredas encontrábamos también una relación de competencia que en ocasiones se resolvía por un conflicto. Sin embargo, pocas veces encontramos una relación de acomodación entre una vereda y otra y el conflicto común con la cabecera del municipio hacia que las tensiones veredales se disminuyeran y no creara una relación de solidaridad entre las mismas veredas.
Con la violencia las relaciones humanas en nuestra sociedad rural se transformaron fundamentalmente. Las instituciones oficiales, eclesiásticas y civiles, aún de carácter local, fueron consideradas en muchas ocasiones como instituciones extragrupo, rompiendo la integración de éstas al grupo campesino. Como por otro lado las relaciones con las mismas instituciones al nivel departamental o nacional se hicieron de conflicto abierto y muchas veces violento, también con estas instituciones al nivel local, se estableció una relación de conflicto.
La acomodación respecto del gobierno, la Iglesia y los patronos se destruyó. Esta misma relación de acomodación entre la vereda y el pueblo también sufrió un cambio. Algunos elementos del pueblo se hallaron con las instituciones oficiales, eclesiásticas y civiles que estaban en conflicto con el grupo campesino y otras se solidarizaron con este grupo en contra de los anteriores. Los elementos del "pueblo" entraron en una relación de cooperación con los elementos de la vereda por una parte o con las instituciones extrañas por otra.
Las relaciones entre las veredas han tenido varias etapas; los ligeros conflictos anteriores a la violencia se agudizaron, adquiriendo un cariz netamente político al comienzo. El campesinado de base se agrupó bajo los símbolos de los partidos tradicionales, liberal y conservador, en actitud de conflicto violento. Los grupos comunistas surgieron como tercer elemento, en comienzo como grupo campesino de aquellos que no deseaban un conflicto con otros campesinos sino con las autoridades formales e informales.
El primer efecto de la violencia fue dividir el campesinado. A medida que el estado de violencia se hizo crónico, se presentó un importante fenómeno de cambio social; en el caso en que la presión violenta del extra-grupo disminuyo y las necesidades socio-económicas crecen, se crea un nuevo tipo de solidaridad entre los campesinos liberales, conservadores o comunistas.
Este nuevo tipo de solidaridad es más orgánico que mecánico, más racional que sentimental y borra no solamente las divisiones políticas acentuadas por la violencia, sino las divisiones existentes entre los grupos campesino antes de la aparición de este fenómeno.
En relación a los líderes, antes del fenómeno de la violencia se encontraba e las sociedades rurales una concentración del liderazgo en el "pueblo" o cabecera del municipio. Allí se encontraban los líderes burocráticos, tradicionales y carismáticos. Algunos de estos últimos se encontraban también en las veredas, pero no tenían mucha influencia en las decisiones oficiales, en el gobierno de la comunidad rural a la escala municipal, reservándose una pequeña cuota de poder informal a la escala "veredal".
La estructura del liderato campesino cambió con la implantación de la violencia. Los líderes carismáticos de la vereda adquirieron una importancia muchas veces mayor que la de los líderes del "pueblo" o cabecera municipal. Los líderes tradicionales, o gamonales del pueblo, que se adhirieron a las instituciones patrocinadoras de una violencia adversa perdieron su liderazgo dentro del resto del campesinado; lo mismo sucedió a los líderes carismáticos en el sentido propio del concepto.
Es muy lógico que en los procesos electorales haya surgido un nuevo tipo de gamonalismo veredal con el cual necesariamente tienen que pactar los directorios políticos, en vista a obtener una colaboración de la masa campesina.
Con relación a otras personas del extra-grupo, podemos afirmar que el sentimiento de solidaridad o de desconfianza con respecto de ellas estaba estrechamente condicionado a la actitud que estas observaron durante la violencia. En efecto, muchos elementos extra-grupo, inclusive de clase alta y origen urbano fueron aceptados dentro del grupo campesino, siempre y cuando se manifestarán solidarios en su lucha armada; y muchos elementos genuinamente rurales fueron rechazados si se manifestaban solidarios con grupos adversos en esta misma lucha.
La solidaridad con las personas se hizo más a base de intereses comunes que de origen ecológico; mucho más por motivos racionales que por motivos generales.
El conflicto con los elementos extra-grupo y la reestructuración de las relaciones sociales en las comunidades rurales cambia fundamentalmente la estructura de nuestro campesinado, creando un nuevo tipo de solidaridad campesina más racional y que es la base de un conflicto con los elementos extra-grupo que no se identifican con los intereses de esta comunidad.
f) Sentimiento de inferioridad.
El sentimiento de inferioridad del campesino respecto de los habitantes urbanos ha sido generalmente aceptado por los estudiantes de los fenómenos sociales. Este sentimiento ha sido habitualmente descrito como un fenómeno psicológico individual. Sin embargo, en el caso de que este fenómeno represente una actitud colectiva podemos aplicarlo haciendo las salvedades conceptuales del caso, en un análisis psicológico social.
El sentimiento de inferioridad del campesino se ejercía fundamentalmente respecto de las instituciones y de los individuos pertenecientes a la sociedad urbana, traduciéndose por diferentes tipos de relación, ya de acomodación, ya de conflicto.. La violencia dio a los campesinos una seguridad en la acción en contra de elementos urbanos; de instituciones, personas y patrones de conducta, que los campesinos referían a las comunidad urbana. En realidad los grupos guerrilleros de campesinos no han hecho nunca incursiones directas en las grandes ciudades Colombianas. Con todo, el sentimiento de inferioridad, en materia bélica, ha sido suplantado por el sentimiento de superioridad. En la "guerra de guerrillas" los campesinos tienen la conciencia de que han vencido sobre el ejército, de que han logrado derrotar una institución de tipo urbano, que constituye la base de la defensa de nuestras ciudades.
Haciendo caso omiso de la verdad o falsedad objetivas de este nuevo sentimiento, tenemos que constatar el cambio psicosocial que implica, ya que un elemento esencial para constituir un grupo de presión es que ese grupo tenga seguridad en la acción respecto a aquellos grupos sobre los cuales considera necesario el ejercicio de la presión social.
2°.- Variables propias de las sociedades rurales de países subdesarrollados.
A) Ausencia de movilidad vertical ascendente.
La movilidad social ha sido siempre considerada como un elemento de cambio social. Sin embargo, nos parece necesario distinguir entre una movilidad social simplemente material y una movilidad socio-cultural.
La movilidad social material consiste en el simple paso de individuos de un grupo social a otro, de un área geográfica a otra, de un status o de una clase social a otras.
La movilidad social cultural implica necesariamente el cambio de las estructuras de los valores, de la conducta, y por ende de las instituciones sociales, como consecuencias de la movilidad material. La relación entre la movilidad social material y la movilidad socio-cultural es evidente, tanto desde el punto de vista cuantitativo, cuanto desde el punto de vista cualitativo.
Cuantitativamente. Sí el paso de individuos de un grupo a otro o de un área a otra, se realiza en forma masiva, es muy difícil evitar que en el proceso de asimilación se produzcan cambios socio-culturales, tanto en los individuos que llegan cuanto en los individuos que reciben. El conformismo de los que pasan no puede ser debidamente controlado.
Por el contrario, si el paso lo realiza un grupo pequeño y en forma lenta, es muy probables que los patronos socio-culturales de la sociedad que recibe permanezcan prácticamente inmutables y los elementos nuevos sean los únicos transformadores por la movilidad social, ya que en este caso se impondría el conformismo como requisito para la aceptación de los nuevos elementos.
Cualitativamente, es necesario distinguir el tipo de individuos que se movilizan. No es lo mismo el ascenso de un líder que el ascenso de un líder que el ascenso de una persona sin influencia en su grupo social. También es necesario distinguir los requisitos de la movilidad social. Es posible que para una movilidad horizontal no existen exigencias de parte de la comunidad receptora, mientras que para una movilidad vertical ascendente sea necesario ajustarse a los patrones de ascenso social de las instituciones que controlan ese ascenso, es decir, sea necesario el conformismo.
En el presente análisis consideramos la movilidad social no solamente desde el punto de vista material, sino desde el punto de vista socio-cultural, por cuanto en nuestro parecer este aspecto es el que más directamente interesa al estudio del cambio social.
No obstante que la movilidad social en el campo con relación a la ciudad es una característica general, en los países subdesarrollados presenta caracteres más agudos.
Es difícil hacer esta constatación respecto de la movilidad horizontal, si por ella entendemos la corriente migratoria hacia los centros urbanos. El rápido crecimiento de las grandes ciudades de los países subdesarrollados, debido fundamentalmente a la migración del campo, es un indicio de que la movilidad horizontal rural en estos países es mayor que en los países desarrollados. Además, a pesar de las deficiencias de los transportes, los factores de expulsión del campo y de atracción a la ciudad tienen una mayor importancia en los países no industrializados.
En cuanto a la movilidad vertical descendente, dada la existencia de círculos viciosos descendentes dentro de la estructura socio-económica de los países en desarrollo, es mucho mas fuerte en estos que en los desarrollados, especialmente en lo que a áreas rurales se refiere. El aumento de población rural no puede ser seguido por el aumento de la productividad. la subdivisión de la tierra recrudece el problema del minifundio, y aumenta con cada nueva generación. La mano de obra se abarata con el aumento de la población que no va acompañado de un aumento proporcional de oportunidades de trabajo y de productividad.
En lo que hace a la movilidad vertical ascendente, trataremos de analizar la situación en los países subdesarrollados, basándonos en un análisis de los canales de ascensión social en estos países.
Consideramos que este análisis nos permite ver tanto el aspecto Cuantitativo como el aspecto cualitativo, para así tratar de determinar los requisitos impuestos por las instituciones que controlan el ascenso, requisitos que están estrechamente ligados al aspecto cuantitativo, a causa del volumen de población que pasa de una clase a otra.
Dentro de estos canales queremos considerar los siguientes como los principales: el Canal económico, el cultural, el político, el burocrático, el militar y el eclesiástico.
Canal económico
La posesión de bienes de producción y de bienes de consumo constituye, en general, un medio rápido de ascenso en la escala social. En un régimen de empresa privada, la habilidad para enriquecerse es absolutamente relativa a la calificación como empresarios, que tenga el promedio de la población. En otras palabras, la competencia para ascender en lo económico, no requiere necesariamente una calificación a largo plazo, como es el caso en el terreno de lo cultural, lo militar v lo eclesiástico. La competencia en la posesión y utilización de bienes y servicios no requiere mas calificación que la relativa, sin ninguna exigencia por parte de la naturaleza misma de este canal de ascenso.
Poseer y utilizar es algo que todo el mundo sabe hacer. Es mucho más fácil aunque administrar o mandar. Por eso el canal económico es, en sí mismo, aún más rápido que el burocrático y el político.
Por otra parte, del ascenso económico dependen las necesidades vitales del hombre en un régimen de empresa privada y aún en un régimen colectivista en lo que a los bienes de consumo se refiere.
Por estas dos razones, entre otras, la oclusión del canal económico para el ascenso social constituye una de las mas serias frustraciones sociales, especialmente en los países subdesarrollados en donde la calificación humana es baja y el ingreso nacional es reducido. Cuando esta frustración se hace consciente y se abren posibilidades de solución, aparece el verdadero "problema social". Ahora bien, una de las características de los países subdesarrollados es la de la concentración de los bienes y de los servicios en pocas manos. Los pocos poseedores en general, obstruyen los canales de ascenso económico mientras el abrirlos no les aporte una ventaja. Los que comienzan a salir de su mentalidad feudal de poseer en lugar de producir, los que comienzan a tener una mentalidad capitalista, de mayor productividad, abrirán los canales económicos a aquellos que puedan llegar a ser mejores consumidores. Los abrirán también en la medida en que una presión social de abajo hacia arriba haga peligrosa la estructura económica de la que estos pocos poseedores usufructúan. Sin embargo, estas dos circunstancias (mentalidad de productividad y presión social de base) son dos índices de comienzo de desarrollo. En donde no existen, la obstrucción del canal económico de ascenso es casi total. Esta oclusión es mayor en las áreas rurales; la baja productividad de la empresa agropecuaria y la economía de subsistencia en las áreas rurales de los países subdesarrollados, hace que la demanda efectiva de productos aumente mas lentamente con el aumento de ingreso per capita, que lo que aumenta en las áreas industriales. Además, el tradicionalismo rural impide el cambio rápido de los hábitos de consumo en la población campesina. Esto hace que, aunque exista la mentalidad entre los poseedores de abrir canales de ascenso económico para aumentar el consumo y la demanda, los habitantes del campo sean los últimos en ser considerados como futuros clientes.
Respecto del miedo a la presión social, los campesinos también están en condiciones de inferioridad. El aislamiento social, el individualismo, el tradicionalismo, hacían difícil que el campesino se constituyese en un grupo de presión. Sin contactos sociales que desencadenaran cambios de esas y otras variables, el campesinado no constituirá un peligro para la estructura económica vigente.
Como lo anotamos atrás, la violencia hace que el campesinado comience a constituirse en un grupo de presión. La violencia que dio a este conciencia de sus necesidades, conciencia de sus propios recursos humanos para superarlos, lo saca de la pasividad tradicional y lo organiza con solidaridad de grupo para fines bien específicos. Desarrolla el conflicto
a) Enseñanza primaria
Dada la escasez de planteles educativos y de maestros para la Enseñanza primaria en los países sub-desarrollados (alto grado de analfabetismo), dada la concentración urbana de la Enseñanza, dado el ausentismo escolar, debido principalmente a razones económicas, las posibilidades de adquirir nuevas formas culturales están limitadas a una parte de la sociedad y en una proporción desfavorable para el campesino. En Colombia, el sistema rural de escuela alternada, agrava aún más esta situación, la escasez de planteles y de horas de clase y la concentración urbana hacen que, en general, haya una correlación positiva entre status económico y nivel de escolaridad primaria. Esta correlación se hace mayor si consideramos que el ausentismo escolar, debido en gran parte a la necesidad de hacer trabajar a los niños, tiene una gran influencia en la escolaridad.
En esta forma vemos como la oclusión del canal de ascenso económico tiene una influencia importante en la oclusión del canal de ascenso cultural en esta fase primaria.
b) Enseñanza secundaria.
La incidencia del factor económico sobre el canal cultural se hace predominante en el nivel secundario de Enseñanza. En aquellos países en los cuales, como en Colombia, la Enseñanza secundaria privada y eclesiástica, representa una mayoría de la Enseñanza secundaria (82% de los alumnos). Es lógico que esta sin subsidios y sin controles eficaces es costosa y se hace patrimonio casi exclusivo de la clase económicamente alta. Los escasos colegios oficiales o de bajas pensiones constituyen una minoría. Sin embargo, aún dentro de estos mismos planteles, las influencias provenientes de los detentores de poder económico impiden la capilaridad total de dichos establecimientos. Respecto del resto, la influencia de lo económico es claramente predominante.
Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que el ascenso cultural, en esta etapa secundaria de la escolaridad, esta determinado por las posibilidades de ascenso económico. Si este esta obstruido, lo estará también aquel.
c) Enseñanza universitaria
La Enseñanza universitaria en los países subdesarrollados no es especialmente costosa en cuanto a pago de pensiones se refiere. Las instituciones privadas no tienen tanta importancia como para que el promedio por matricula y derechos de estudio que deben pagar los estudiantes, sea demasiado alto. (En Colombia, 50% aproximadamente de los alumnos). Esto no excluye la existencia de pensiones altas para esa minoría de universitarios que asiste a las universidades privadas.
La oclusión de esta etapa del canal cultural se produce mas por las limitaciones cuantitativas y por las limitaciones a la capilaridad de la etapa anterior (de la Enseñanza secundaria). El cupo es generalmente muy reducido con relación a la demanda. En Colombia, donde tenemos un freno tan acentuado en la Enseñanza secundaria, de 16.900 estudiantes que se presentaron como aspirantes a ingresar a la universidad en 1958, solamente lograron hacerlo 9.890. Además se calcula que de los ingresados solamente el 40% llega al final de la carrera. Esta restricción cuantitativa hecha a base de selección perfeccionista tiene múltiples causas (dentro de las cuales esta el burocratismo). Sin embargo, es necesario reconocer que la pobreza de las universidades oficiales con relación a la necesidad de dirigentes que tienen los países subdesarrollados es bastante notoria. Esto hace que el factor económico determine en buena parte la oclusión del canal cultural en esta fase. Con todo, es necesario llevar el análisis mas adelante. El perfeccionamiento en la selección y la especialización, en que insisten los programas universitarios, representan en parte instrumentos de la elite intelectual para obstruir el canal cultural de ascenso y descartar lo más posible la competencia que pondría en peligro sus privilegios. Sabemos que toda especialización, al diversificar la competencia, la debilita. Esto explica por que no obstante aunque ni la estructura de los países en desarrollo, ni las tendencias universitarias actuales lo aconsejen, se insista tanto en especializaciones propias de países industrializados y en seleccionar un minimum de futuros profesionales basándose en criterios perfeccionistas.
Como conclusión, podemos afirmar que el canal cultural de ascenso en esta fase superior, Se encuentra obstruido por factores económicos y culturales.
Es necesario hacer notar que en el nivel profesional es muy difícil poder ascender sin un criterio conformista respecto de las elites culturales en los países en desarrollo. Estas elites, por tener el control de ascenso es raro que lo toleren para individuos que quieran mermar ese control. Claramente vemos en la universidad como el nivel de conformismo asciende a medida que se acerca el fin de la carrera y se necesita ser aceptado por la elite profesional que se mantiene como tal gracias a las estructuras vigentes.
Estos requisitos de ascenso hacen que la movilidad social por esto canal sea mas de carácter material que de carácter socio-cultural, lo quo implica una ausencia de cambio en las estructuras sociales del país.
Respecto de las áreas rurales, seria interesante hacer un estudio mas a fondo del porcentaje de estudiantes de origen campesino que esta en la universidad, y en la Enseñanza secundaria. Dada la estructura antes descrita, podríamos afirmar que es una minoría. En esta forma, la obstrucción del canal cultural es aún más profunda respecto del campesinado.
No obstante algunas exigencias esporádicas de instrucción formal que los grupos guerrilleros hacían a sus miembros, no podemos decir que la violencia hubiera constituido un nuevo canal en el ascenso social por la vía cultural formal. Por el contrario, la ya precaria instrucción de nuestras zonas rurales fue afectada por la destrucción de las escuelas, la fuga de los maestros, y la imposibilidad de los niños para asistir a los planteles educacionales. Sin embargo, es importante anotar que, después de haber sufrido el proceso, los campesinos tienen una conciencia mayor de la necesidad de educarse y si, por los otros factores antes anotados, el campesinado se ha constituido en un grupo de presión. Esa necesidad sentida de instrucción y de progreso será uno de los objetos primordiales de su acción.
Durante las encuestas hechas para llevar a cabo proyectos de Reforma Agraria, se ha podido constatar como quizá la primera necesidad sentida por el campesinado Colombiano de las zonas de violencia, es la necesidad de una escuela para poder mandar a sus hijos.
La violencia no ha constituido un progreso en la instrucción formal del campesino sino por la reacción que ha producido y por el deseo de progreso que ha sembrado entre los campesinos azotados por el fenómeno.
Canal político
Como el canal de ascenso cultural, el canal de ascenso político lo encontramos también dividido en niveles diferentes y en sus aspectos de formal e informal. Por ascenso político entendemos, en general, el ascenso en el poder de gobierno coercitivo sobre las personas. Ese gobierno coercitivo puede hacerse dentro del Estado o por medio de las presiones individuales y colectivas. Nosotros tomaremos el concepto restringido de poder político, considerándolo como "acción política en cuanto tal", es decir, dentro de la estructura del Estado, como acción política formal. Ahora bien, esta acción política formal se ejerce por medio de funciones del Estado. Por eso nos limitaremos a encaminar la posibilidad de ascenso en las posiciones políticas del gobierno, excluyendo de este canal la administración (que será considerada en el canal burocrático). Dentro de estas posiciones encontramos las de nivel nacional, de nivel departamental y las de nivel municipal.
Las de nivel departamental y nacional están prácticamente vedadas para la masa campesina, en los países subdesarrollados. Fuera de algunas pocas excepciones en aquellos de estos, en donde existen verdaderos partidos agrarios de raigambre popular, y de fuerza electoral, el campesinado esta excluido de cargos a estos niveles.
Respecto de los cargos al nivel municipal, debemos analizar los procesos de ascenso y sus requisitos para constatar la capilaridad del canal político, aunque sea en esta primera etapa.
En general podemos decir que los criterios de selección de los funcionarios oficiales en los países subdesarrollados y en América Latina, en especial, no se hacen en base a criterios objetivos de eficiencia profesional y administrativa, sino en base a criterios económicos, sociales y electorales.
La institución del "gamonalismo", aunque es mas una institución informal de acción políticamente orientada que una institución política formal, tiene una gran influencia en los criterios para proveer los cargos oficiales. El "gamonal" es un candidato en sí mismo o es un elemento decisivo en la elección del candidato a consejero, alcalde, juez o a cualquier otro cargo a la escala municipal. Su influencia esta basada en la superioridad económica y social que tenga trascendencia en los fenómenos electorales. Aún en países en donde (como en Colombia) la elección de la mayoría de los funcionarios municipales es mas administrativa que electoral, la influencia sobre los votos es un criterio decisivo en la selección de estos. Sin embargo, dentro de este canal no consideraremos los funcionarios que no tengan un poder de decisión de carácter coercitivo sobre los ciudadanos, para diferenciar el canal burocrático del canal político. Dentro de los funcionarios formalmente políticos tenemos a los consejeros municipales, al alcalde y al juez (para el caso Colombiano). A los militares no los consideraremos como funcionarios y por eso dedicaremos un análisis especial a ese grupo social. Los otros funcionarios municipales pueden tener una influencia política pero no son funcionarios políticos en el sentido explicado arriba.
En algunos países subdesarrollados, como en Colombia, ciertos funcionarios políticos municipales son nombrados por las autoridades regionales y centrales. En este caso el nombramiento se hace principalmente en base a la adhesión que los candidatos presten a la política gubernamental, siempre y cuando esta adhesión este unida al prestigio social en su comunidad. Son, pues, definitivos en este caso, como factores de ascenso político, aquellos que determinan los criterios de los mandatarios centrales y aquellos que constituyen el prestigio social a la escala municipal.
Naturalmente que, para hacer afirmaciones fundamentadas sobre dichos factores seria necesario hacer investigaciones detalladas y científicas. Con todo, a manera de hipótesis de trabajo podernos afirmar que los que detentan el poder, por ser una minoría, que en general no ha ascendido gracias a calificaciones y criterios objetivos de selección, tendrá como características:
1o. La actitud conservadora respecto de las estructuras vigentes.
2o. La inseguridad social.
3o. La agresividad respecto de los miembros del extragrupo.
1o. Al hablar de las estructuras vigentes, nos referimos aquí principalmente a los canales de ascenso social que ya analizamos: los canales económico y cultural. Creemos que la minoría política esta interesada en los mecanismos de obstrucción de esos canales porque en su modificación va su propia cabeza, sino como individuos, ciertamente como clase privilegiada. Por esto, únicamente a los conformistas les es otorgado el ascenso social.
Si esta elite política no es en si misma poseedora de los bienes de producción, depende estrechamente de la elite económica de la cual es subsidiaria en su vida publica y por lo tanto en su vida personal ya que la política económica, tan básica en la política general de los países subdesarrollados, no podrá llevarse a cabo sin la colaboración de esa elite.
Además, si pertenece a la elite cultural (lo que generalmente debe ser el precio que paga el jefe político a la clase dirigente por no pertenecer a la elite económica), la influencia del poder económico también se ejerce directa e indirectamente, como lo explicamos al hablar del canal cultural de ascenso social.
2o. La inseguridad social en la posición directiva es un resultado de subjetividad en los criterios de ascenso. El individuo que asciende depende de otra persona y no de requisitos objetivos e impersonales, que le aseguren su estabilidad ocupacional.
3o. La agresividad es un resultado natural de la situación como minoría y como minoría insegura.
Las características de la elite política que consideramos atrás, producen una oclusión del canal político de ascenso social para los funcionarios políticos que dependen en su designación, de la minoría política, mas aún, de las personas mismas de esa minoría que ejerce el poder central. Dentro de los factores de oclusión, el factor económico con y por el cultural, parece predominante. El criterio fundamental para el ascenso político tiene que ser, por lo tanto, el conformismo respecto de las personas de la clase dirigente; claro esta que ante una igualdad en el grado de conformismo se escogerá al mas capacitado. Sin embargo, esta estructura del ascenso político hace que la movilidad vertical sea puramente material y que las estructuras socio-culturales se preserven de todo cambio social.
En cuanto al prestigio social a la escala municipal, vemos que el factor económico es igualmente predominante. En la influencia política del gamonal debemos considerar este factor como básico, la simpatía personal, la habilidad, deben estar subordinadas a un respaldo económico propio o ajeno. Sin embargo, a la escala municipal las dos primeras cualidades tienen una relativa importancia, ya que las relaciones primarias también la tienen; mas aún en el área rural.
El prestigio social no es solamente la base de la selección de los funcionarios nombrados en forma jerárquica sino también de aquellos elegidos en forma democrática. Por eso, estos criterios de prestigio social, rigen también el ascenso político de los funcionarios elegidos.
Con todo, la influencia del factor económico no actúa únicamente a través de prestigio sino que aún directamente, respecto de los funcionarios elegidos. El proceso electoral se hace bajo una serie de presiones económicas, tales como la amenaza de despido o la promesa de alguna prebenda. Las elecciones, en los países subdesarrollados, aún sin mencionar el fraude electoral, son dirigidas por las minorías a través de los directivos políticos centralizados y de los gamonales, a través de presiones económicas, sociales y religiosas que tiendan a procurar el respaldo a las estructuras vigentes, a consolidar la oclusión de los canales de ascenso social. Es decir, presiones que hagan seleccionar únicamente a los elementos conformistas.
En esta forma vemos como el canal político de ascenso social esta obstruido, en los países subdesarrollados, para una mayoría de la población que no tiene recursos económicos, ni amistad personal con los detentores del poder económico, ni cultura formal suficiente unida al poder económico o (y) a la amistad en referencia: amistad que esta ligada estrechamente al conformismo respecto de las estructuras vigentes.
La violencia estableció un nuevo sistema de gobierno informal en las áreas campesinas en donde surgió. Aunque seria difícil determinar el porcentaje de antiguos lideres tradicionales o gamonales dentro del nuevo liderazgo guerrillero, es evidente que muchos de estos nuevos jefes no hubieran nunca logrado el poder que adquirieron por medio de la violencia, dentro de las estructuras normales de ascenso social.
Los campesinos a quienes había sido vedada toda posibilidad de influjo en el gobierno de su propio destino y de los destinos del país, encontraron en las diversas escalas del nuevo poder establecido por la violencia, la oportunidad de ascender.
Se ha hablado de la existencia de republicas en el interior del país; se sabe que hay zonas controladas por jefes guerrilleros. El hecho es que a la escala regional ha surgido un gobierno informal y anómico que tiene, en ocasiones, mas poder que el gobierno legal.
Como lo dijimos atrás, no es de extrañar que los directorios políticos traten de pactar con los nuevos lideres. El gamonalismo tradicional comienza a perder influencia en favor de un liderazgo guerrillero, mucho menos conformista. Esta transformación de poder ha influido sobre la estructura social de nuestras comunidades rurales. La clase media que habita en los núcleos centrales de los municipios ("pueblos"), que usufructuaba los beneficios del poder, de la administración y del control económico y social en general, ha perdido fuerza por la importancia adquirida de esos grupos periféricos capitaneados por nuevos jefes en las veredas de los municipios.
Podemos decir que, en cierta manera, el poder político informal se ha democratizado en nuestras áreas rurales y ha adquirido una actitud francamente anticonformista, actualmente en forma patológica y anómica. Sin embargo, constituye una base para la promoción del campesinado veredal que hasta entonces habla sido un grupo marginal, tanto respecto del país como respecto de la misma comunidad rural.
Si la Acción Comunal, la Reforma Agraria y los demás movimientos populares encauzados por el gobierno dentro de las comunidades agrícolas, no logran abrir canales normales (claro esta indirectamente) para el ascenso político de los lideres campesinos de base, la violencia seguirá siendo el único canal político de ascenso, efectivo para el campesinado Colombiano no conformista.
De todas maneras, aunque surjan nuevos canales de ascenso normal la estructura de estos será necesariamente diferente de la de los canales actualmente existentes. El requisito para el ascenso futuro no podrá ser mas el conformismo político; los nuevos pactos con los lideres campesinos tendrán que ser hechos en base a la influencia popular que estos tengan. Influencia que, a la vez estará cimentada mas en la eficacia que en criterios subjetivos.
Canal burocrático
El canal burocrático de ascenso social es el que se realiza a través de los cargos exclusivamente administrativos, como en parte lo explicamos atrás. Es decir, con cargos que tengan funciones ejecutivas dentro de normas pre-establecidas y en el campo de la organización tanto publica como privada. Por lo tanto, es necesario considerar el ascenso burocrático dentro de la administración publica y dentro de la administración privada.
Burocracia Publica
Los criterios de ascenso social dentro de la burocracia oficial siguen (como los definimos en el caso del canal político) criterios más subjetivos que objetivos como sucede en los países subdesarrollados en general, y en los latinoamericanos muy especialmente. Dentro de estos criterios subjetivos esta el de la influencia política, social y económica que pueda tener el candidato a los ojos del funcionario empleador. No quiere decir que estas influencias no puedan ser controladas objetivamente, por ejemplo por medio del numero de votos puestos en la zona de influencia, por el prestigio familiar, por el ingreso per capita, etc. En lo que tratamos de insistir aquí, es en que esos criterios se reflejan a través del sujeto que hace la elección.
También entran dentro de estos criterios subjetivos, la simpatía personal del candidato, la afinidad ideológica y los compromisos familiares y de amistad.
Del concepto de criterio subjetivo se excluye el de la calificación profesional relativa a la función por llenar. No queremos en ninguna forma, excluir totalmente los criterios objetivos, de los criterios de movilidad ascendente. Lo único que queremos establecer es la prioridad de los criterios subjetivos.
Dentro de estos creemos que los que están condicionados por la influencia política y por la económica son los más importantes para el ascenso social.
La burocracia es, en los países subdesarrollados, el medio más común para trabajar. En ella encontramos el porcentaje, proporcionalmente mas fuerte de inversiones del presupuesto nacional y la menor exigencia de calificación profesional. Por esta razón el numero de candidatos a la burocracia oficial excede al numero de oportunidades. Este excedente en la oferta de trabajo es aprovechado por el empleado mediante la exigencia de aquellas cualidades en el candidato que le dé una seguridad respecto a la estabilidad de su propio empleo.
Como lo explicamos atrás, las posiciones ocupadas gracias a criterios subjetivos son posiciones inseguras por depender mas de las personas que de los requisitos universitarios pre-establecidos (como sucede en los países desarrollados, en donde hay una carrera administrativa relativamente estricta y eficaz). Las calidades que más dan seguridad son las provenientes de la influencia política y de la posición económica del candidato al empleo.
La influencia política del empleado garantiza al empleador el respeto de los políticos que participan en el gobierno directamente como funcionarios, e indirectamente por los órganos de los partidos y de los cuales depende su propia posición.
La influencia económica, además de obrar indirectamente sobre los políticos (según lo vimos cuando tratamos el canal político) garantiza una posibilidad de ascenso dentro de la empresa privada, en el caso de retiro de la burocracia publica.
Podemos concluir que, especialmente en los pases subdesarrollados, el criterio económico de los que otorgan los puestos, influye predominantemente por y con el criterio político. Esto produce el hecho de que en estos países, gran parte de la lucha política esta motivada por la perspectiva de reparto del botín burocrático y de que la ideología política de los empleados oficiales siga los vaivenes de los resultados electorales y políticos en general. Es interesante, desde el punto de vista de la sociología política, el efecto producido en Colombia por el establecimiento de la paridad administrativa. La lucha burocrática se desplazo al seno de cada uno de los dos partidos tradicionales produciendo escisiones profundas en estos, con claras consecuencias burocráticas para las fracciones internas.
En esta forma, el ascenso social por el canal burocrático esta condicionado por las oclusiones existentes en los canales económico y político. Es decir, que el ascenso burocrático oficial depende, en gran parte y en última instancia, del conformismo con la minoría que detenta los poderes económico, político v cultural.
Burocracia privada
Para establecer los criterios de ascenso dentro de la burocracia privada es necesario distinguir el genero de empresa privada en que esta se emplee. Si se trata de una empresa de carácter más feudal que capitalista, los criterios serán más subjetivos que objetivos.
Si se trata de una empresa de carácter más capitalista que feudal, los criterios serán mas objetivos. En este sentido los criterios subjetivos tendrán una orientación más negativa que positiva. Es decir, se usaran mas como criterios de exclusión que de promoción. Dentro de estos, uno de los principales es el conformismo del candidato. Seria bastante difícil que un individuo calificado pero inconformista lograra ascender en la escala burocrática privada. Esto nos hace concluir que aún a esta escala, la minoría privilegiada mantendrá el control de la situación sosteniendo la estabilidad de las estructuras actuales e impidiendo el ascenso que no estabilice su propia posición.
De los efectos principales que tuvo la violencia sobre la administración publica, querernos anotar los tres siguientes: lo. Establecimiento de un sistema militar administrativo informal. 2o. Descentralización de la administración. 3o. Aparición de nuevas presiones para controlar los cargos administrativos.
a) Establecimiento de un sistema militar administrativo informal
Las guerrillas tuvieron un sistema militar administrativo informal. Como nos lo narra el libro de la violencia en Colombia, habla diversos niveles en la organización guerrillera, desde la guerrilla propiamente dicha o escuadra, hasta la sección, la compañía, la agrupación guerrillera y la división guerrillera. Toda la administración militar tuvo que desarrollarse dentro de esta jerarquía y se crearon cargos no militares de administración, como el de Comisario Político, Jefe de la Comunidad, Parcelador, Responsable de cada Vereda y Secretario General.
Las normas impuestas a los guerrilleros contenían además de prescripciones bélicas, una serie de principios administrativos elementales. En los establecidos por el Frente Democrático de Liberación Nacional de Colombia, se exigía para ascender al grado de oficial además de los conocimientos militares, conocimientos políticos de tipo marxista, saber leer y escribir, tener nociones mínimas de ortografía y saber las cuatro operaciones de aritmética; disponer de buena conducta en su vida publica y privada.
La administración de justicia comienza a practicarse dentro de los guerrilleros, y aún dentro de aquellos grupos campesinos que eran victimas de la impunidad. Los códices informales sobre sanciones y estímulos eran formas militares y administrativas de controlar la población campesina en general y en especial los grupos de combatientes.
Posteriormente se han multiplicado en Colombia las llamadas "Republicas Independientes", en donde la autoridad oficial no tiene acceso; dentro de ellas se ha organizado una administración paralela a la administración oficial, con nuevos cargos y nuevas funciones.
Esta nueva administración informal ha constituido un canal de ascenso burocrático, con criterio selectivo diferente, basado en la calidad bélica, en el sectarismo político y en una habilidad elemental para la administración como líder carismático.
b) Descentralización de la administración
La administración informal anteriormente descrita comienza a gozar de una gran autonomía regional. Los comandos revolucionarios se establecen con criterios eminentemente prácticos en relación a las condiciones locales y a la actividad guerrillera.
La violencia en Colombia nos describe los Comandos existentes durante la primera etapa:
Comando de las Fuerzas Revolucionarias de los Llano Orientales.
Comando Revolucionario de Santander.
Comando de las Fuerzas Revolucionarias de la Palma y Yacopí.
Comando de las Fuerzas Revolucionarias del Sur del Tolima.
Comando del Oriente del Tolima.
Comando de Sumapaz.
Comando de Pavón.
Comando de las Fuerzas de Autodefensa de Gaitania.
Comando de las Fuerzas de Autodefensa del Tequendama.
Comando del Río Chiquito y Símbolo-Páez.
Comando de Nare.
Comando de Anorí.
Comando guerrillero de la Rivera.
Como dice Monseñor Guzmán: "Estos comandos, con excepción de algunos de los Llanos, no lograron nunca coordinarse ni ejecutar acciones combinadas.
La descentralización es pues autónoma v descoordinada. Las comunidades periféricas y locales adquieren una mayor importancia que los grupos centrales administrativos de la administración oficial. La oportunidad de esta descentralización y la movilidad descendente se incrementa respecto de los estratos más bajos de la sociedad rural Colombiana.
c) Aparición de nuevas presiones para controlar los cargos administrativos
La administración oficial, como lo vimos atrás, además de un cierto grado de competencia exige un conformismo riguroso para el ascenso burocrático. Este conformismo garantizaba el control jerárquico de las clases dirigentes hasta los últimos grados de la administración publica. En la nueva administración informal los cargos y los ascensos comenzaron a otorgarse con criterios distintos, muchos de ellos considerados anti-sociales, pero en todo caso basados en valores mas fácilmente asequibles para la mayoría de la población. La selección sé hacia mas por presiones de base que por decisiones de grupos descentralizados y lejanos. El mismo jefe guerrillero estaba sujeto a las presiones de aquellos con quienes convivía y de quienes dependía en su prestigio, en su seguridad y en su misina vida. Para el ascenso dentro de esta administración informal, el conformismo con las estructuras vigentes era un obstáculo y se exigía otra clase de conformismo: el acuerdo irrestricto en la actitud revolucionaria.
No solamente sobre esta administración informal se ejercieron las presiones de los nuevos grupos campesinos organizados. Sabemos como en la administración de justicia, en el cambio de funcionarios judiciales, influye decisivamente la presión de los grupos guerrilleros. Igualmente sabemos que muchos otros cargos tienen que respetar las opiniones de los grandes jefes regionales de los grupos bélicos.
Como resultado de la violencia, podemos afirmar que muchos campesinos en diversas escalas de la jerarquía administrativa, se han acostumbrado a ejercer presiones. La masa campesina afectada por el fenómeno también se ha acostumbrado a ejercer presiones sobre la administración. Ha encontrado un canal de ascenso burocrático a su alcance, que no tenla dentro de la estructura administrativa oficial.
En el caso de que la administración publica no fije criterios suficientemente objetivos y no cree los instrumentos para que la mayoría de nuestra población pueda ajustarse a dichos criterios, la administración informal seguirá siendo un canal más eficaz para el ascenso burocrático en la escala social.
Canal militar
El canal militar de movilidad social ascendente esta constituido por todo el escalafón formal del ejercito, la marina, la aviación y la policía.
La función de las instituciones militares es la de la conservación del orden establecido. En los países subdesarrollados es la elite minoritaria la mas interesada en conservar ese orden del cual dependen sus privilegios. Por otra parte, la vida económica del ejercito depende del presupuesto oficial aprobado por el parlamento y en ocasiones, como en Colombia, los grados mas altos son conferidos o aprobados también por este. En esta forma las fuerzas armadas también dependen, en un aspecto capital, del grupo dominante y este a su vez dependerá del ejercito para el mantenimiento del orden. En general, por estar en condiciones inferiores en lo político, lo cultural, lo económico y lo burocrático, las instituciones militares han sido el instrumento de los grupos dominantes. Como habitualmente estos grupos no son verdaderamente populares y no cambian las estructuras que desfavorecen a la mayoría, los disturbios del orden publico en los países en desarrollo, son bastante frecuentes. Es necesario entonces cambiar popularidad por bayonetas. Cuando la primera no existe se recurre a las segundas. Naturalmente que los jefes militares pueden escoger el sub-grupo político que quieren apoyar dentro de esta elite. Cuando ejercen directamente el poder gubernamental lo hacen siempre apoyados por un sector de los poseedores y el gobierno militar caerá cuando ese apoyo cese y no sea reemplazado por otro. En esta forma, el control de la minoría dirigente se realiza mediante algunos compromisos con el poder militar. La elite política, económica y cultural estará dispuesta inclusive a dar el gobierno del país a las fuerzas armadas, a condición de que se conserven las estructuras vigentes. Los militares harán respetar la clase dominante hasta el punto en que sus privilegios sean otorgados en forma proporcional a la urgencia que haya de su intervención. En caso de guerra internacional o civil, en caso de recrudecimiento de la violencia en el país, estos privilegios tendrán que ser mayores que los otorgados en casos normales. Si no aumentan proporcionalmente, habrá un conflicto que podrá culminar en un golpe militar. Con todo, aún en este caso, el único canal que se rompería por lo menos a corto plazo, seria el canal político. Si ese poder político se emplea en contra de los intereses de la minoría económica, esta urdirá todas las maquinaciones necesarias para que caiga. Ya hemos resaltado la importancia de la fuerza económica sobre la política.
De esta suerte vemos como el canal militar esta controlado por la minoría económica, política y cultural, que también controla el poder burocrático.
Sin embargo, es necesario anotar algunos rasgos de independencia del canal militar, respecto de los canales económico y cultural. Aunque existe una valla cuasí-infranqueable entre los grados de sub-oficiales y de oficiales por motivos económicos y sociales, mas que por criterios de calificación funcional, la educación militar superior (para los oficiales) presenta algunas grietas para el ascenso social, a través de las oclusiones económicas y culturales.
La educación militar es bastante barata en relación con la educación privada en general. Además hay una remuneración simultanea que ayuda eficazmente a descartar el freno económico. Estas facilidades producen un ascenso social de las clases bajas, inclusive hasta de la clase media, con criterios que escapan relativamente a la estructura general económica y cultural A esta ultima, por lo menos, a partir de la educación secundaria.
Sin embargo, aunque por este canal, en forma excepcional hay mas posibilidad de ascenso, el control de las minorías dominantes no se descarta. Por el contrario, a todas las escalas, hay una exigencia de conformismo que culmina en el "conformismo contractual" de que tratamos arriba en lo mas alto de la jerarquía militar.
La violencia tuvo efectos respecto de la estructura del ejercito Colombia-no. Sin embargo, aquí consideramos los efectos que tuvo sobre la sociedad campesina como ganadora de un canal militar informal de ascenso social.
En este aspecto tenemos que los efectos más importantes para el cambio socio-cultural fueron:
a) la creación de un ejercito informal.
b) Los criterios nuevos que rigen los ascensos dentro de este nuevo ejercito.
a) Creación de un ejercito informal
Como lo referimos al hablar del canal administrativo, el ejercito guerrillero tuvo una estructura bien establecida, copiada de la estructura del ejercito regular, mezclada con una estructura administrativa informal y adaptada a las necesidades de la "guerra de guerrillas". Además de los grados tradicionales existieron otras funciones que permitieron el enrolamiento de mujeres y de niños.
b) Criterios nuevos que rigen los ascensos dentro de este ejercito
A pesar de que en toda institución militar el conformismo a los superiores es un criterio básico para el ascenso, es necesario analizar si la institución militar misma es una institución conformista respecto de las estructuras vigentes.
Como lo analizamos atrás, el ejercito en un país subdesarrollado tiene como primordial función, el mantener el orden interno, lo que traducido al campo político, significa mantener las estructuras vigentes. El ejercito guerrillero tiene un objeto, precisamente contrario: transformar esas estructuras. Por esto, los criterios de ascenso deben ajustarse a la eficacia revolucionaria del ascendido.
Además de esos criterios básicos tenemos algunos otros como el de lealtad, el grado de crueldad, la valentía, el espíritu de servicio, etc. Con todo, es necesario anotar algunos criterios intelectuales y políticos que se han tenido en cuenta en las guerrillas para efectuar los ascensos; y además la estructura más democrática por el contacto constante entre los superiores e inferiores y por la institucionalización de la critica y de la emisión de opiniones por parte de los inferiores.
Los campesinos encontraron un canal de ascenso social dentro del ejercito informal que no hubieran nunca hallado dentro del ejercito regular de nuestro país.
Jefes guerrilleros, a cuya extracción social nos referimos atrás, difícilmente hubieran podido llegar a tener los títulos que hoy ostentan, tales como el de general, coronel, capitán, etc.
En la primera edición del libro la violencia en Colombia, encontramos retratos como el de "Mariachi" vestido de uniforme de general, pasando revista a sus tropas. Es muy poco probable que Mariachi hubiera llegado siquiera al grado de oficial dentro del ejercito regular y si lo hubiera hecho habría sido adaptándose a los criterios de conformismo con las estructuras vigentes y con el necesario apoyo económico y político de las clases dirigentes para llegar a los últimos grados.
La violencia abrió en esta forma, otro canal de ascenso social. En este, como en el caso de los canales anteriormente analizados, podemos afirmar que la necesidad de ascenso se crea por vías anónimas o patológicas cuando es imposible realizaría por vías normales.
No podemos afirmar que la creación de un autentico ascenso masivo y popular por el canal militar sea la solución para evitar la creación de estos ejércitos informales. Como lo repetiremos en la conclusión, lo importante es ver la necesidad general de ascenso que, cuando se ve obstruida por las vías normales, busca vías anormales, sin que la clase de canal sea muy importante para realizar ese ascenso.
Respecto del cambio social, es necesario anotar que las estructuras mismas de este ejercito informal cambiaron los valores, las actitudes y la conducta, no solamente de los campesinos que en el ejercito han participado, sino de los campesinos que han tenido contacto con ese ejercito.
Las guerrillas han impuesto disciplinas exigidas por los mismos campesinos; han democratizado la autoridad, han dado confianza y seguridad a nuestras comunidades rurales, como lo mencionamos al tratar del espíritu de inferioridad, desaparecido en las áreas campesinas en donde el fenómeno de la violencia se ha manifestado.
Todas estas transformaciones socio-culturales en el campesinado, lo disponen a ser un grupo de presión para un cambio general de estructuras, como lo analizaremos mas adelante.
Canal eclesiástico
El canal eclesiástico de ascenso social esta constituido en los países sub-desarrollados de Latinoamérica, por los diferentes grados y dignidades establecidos por la Iglesia Católica. Dada la poca importancia social institucional de los otros canales dependientes de una institución religiosa, no los tomaremos por ahora en cuenta. Por otra parte, es necesario distinguir entre los grados oficiales y aquellos que atañen a la escala social propiamente dicha.
Dentro de esta podemos establecer los grados de: seminarista, coadjutor o capellán, párroco rural, párroco urbano de barrio obrero, de barrio residencial, monseñor o canónigo, obispo auxiliar, obispo principal, arzobispo y cardenal.
Dentro de cada una de las anteriores categorías puede haber una oscilación de status bastante considerable. Sin embargo, como clasificación tentativa proponemos la siguiente, como promedio para cada estrato.
Seminarista. Clase media baja.
Coadjutor o Capellán. Clase media media.
Párroco Rural, Clase media media.
Párroco Urbano (obrero). Clase media media.
Párroco Urbano (barrio residencial). Clase media alta.
Monseñor o Canónigo. Clase alta baja.
Obispo Auxiliar. Clase alta media.
Obispo Principal. Clase alta media.
Arzobispo. Clase alta media.
Cardenal. Clase alta media o alta, según la extracción familiar.
Aunque la clasificación anterior (como toda clasificación, mas aún en Sociología y con el agravante de no estar fundamentada sino en la observación participante), puede resultar un poco arbitraria, lo que tratamos de afirmar fundamentalmente es que el canal eclesiástico es un canal muy efectivo de movilidad social ascendente. Esto se hace aún más notorio si consideramos que la mayoría (en términos absolutos) de los eclesiásticos son de extracción rural. Sin embargo, la clase social rural de origen es mas bien clase media media (comerciante, pequeños hacendados, maestros, etc.), lo que no significa un paso de ascenso al comienzo del canal eclesiástico.
Una de las particularidades de este es su relativa independencia del canal económico. Creemos que no erramos al afirmar que es el canal que tiene una mayor independencia de las minorías económicas, por las siguientes razones:
a) Las bajas pensiones de los Seminarios, tanto menores como mayores.
b) El numero de becarios, generalmente superior al de los pensionados.
En este ultimo factor influye en alguna medida el nivel económico, por cuanto los candidatos preferidos para las becas son los que tienen un nivel social de origen superior. Este nivel social esta estrechamente ligado al nivel económico y cultural, como lo describimos atrás.
El canal de ascenso, en su primera etapa (el Seminario) tiene un carácter predominantemente cultural formal. Este ascenso se efectúa generalmente desde la escuela primaria (escuela apostólica) hasta la escala universitaria (Seminario Mayor).
Los criterios de ascenso en esta etapa son predominantemente los de capacidad intelectual y conformismo en la conducta.
En las etapas siguientes, el criterio primordial de ascenso en la estructura actual de la Iglesia Latinoamericana, es el conformismo. Por ejemplo, en algunos países, los obispos no son elegidos sin la aceptación del candidato por todo el episcopado nacional. Esto implica una nivelación del candidato en base al conformismo, principalmente.
Creemos que el canal eclesiástico no es mas utilizado como canal de ascenso social, en los países latinoamericanos por dos razones fundamentales:
1a. la lentitud de ascenso en la primera etapa (6 a 7 años de Seminario Mayor).
2a. la alta mortalidad educacional. (En Colombia mas o menos el 50% de los ingresados al primer año de Seminario Mayor.)
Estos frenos hacen que se necesiten un grado alto de conformismo y de madurez intelectual y emocional en la familla de origen o en el individuo (sí se trata de un candidato adulto).
El ingresar a un Seminario supone una serie de patrones culturales deseo de cambio, de progreso, de liderazgo, que se deben realizar a largo plazo. Estos patrones, como promedio, no se encuentran en la clase baja. Se necesita partir de la clase media baja o clase media en general.
De todas maneras, podemos concluir que el canal eclesiástico de ascenso social, es un canal eficaz, con oclusiones más culturales que económicas, políticas o burocráticas.
Sin embargo, es necesario medir el alcance de las oclusiones culturales; las exigencias de competencia intelectual son exigencias objetivas, aunque siempre limitadas por el genero de exigencia que se haga. Si la prueba se hace en base a un sistema desadaptado para las necesidades actuales, triunfar en ella no es tan significativo de eficiencia, como si se trata de un sistema adaptado.
Las exigencias de conformismo pueden crear, en un país subdesarrollado, una movilidad social material y no socio-cultural. En otras palabras puede ser que un individuo de clase media baja, o aún de clase baja, llegue a ser arzobispo o cardenal. Sin embargo, es fácil que solamente se le tolere en ese cargo a costa de un conformismo absoluto con los valores de la minoría dominante. Entonces tendríamos que el canal eclesiástico de ascenso social resultaría ser mas material que socio-cultural. Esto se agrava en aquellos países en que tiene una ingerencia formal o informal el poder político sobre el nombramiento de los obispos y sobre la pastoral general de la Iglesia.
No es que en los países desarrollados el cambio de clase no implique un cambio de valores; sin embargo, no es la condición "sine qua non" del cambio, como parece serlo en el canal eclesiástico.
Obviamente, el análisis anterior es bastante simplista. Los factores económicos, familiares, políticos, culturales y burocratices inciden en diversos grados y en diferentes composiciones, con el canal eclesiástico de ascenso. Sin embargo, quisimos únicamente relevar los rasgos que parecen principales.
Actualmente la presión popular influye poco en el ascenso social por el canal eclesiástico. Es cierto que la aceptación del sacerdote en una determinada comunidad o el rechazo por parte de esta tiene alguna influencia para el ascenso. Sin embargo, es necesario anotar que antes del fenómeno de la violencia la aceptación o rechazo que eran tenidos en cuenta para el ascenso o descenso social no era la de la mayoría de la comunidad sino fundamentalmente la de los lideres tradicionales o burocráticos de esta. Es fácil que un sacerdote popular entre la mayoría de sus fieles sea trasladado por la presión de una minoría influyente.
Este fenómeno se produjo especialmente porque la mayoría del campesinado no constituía un grupo de presión y porque su actitud, especialmente en las áreas rurales, respecto del sacerdote, era una actitud pasiva y sin critica.
Naturalmente que la unión de intereses entre la alta jerarquía y la clase dirigente produce que los ascensos eclesiásticos tengan como uno de los criterios básicos el conformismo con las estructuras, que se manifiesta en la escala local en el conformismo con los grupos minoritarios dirigentes de las comunidades de base.
Durante la violencia asistimos a la muerte de varios sacerdotes, a profanaciones y actos iconoclastas, lo cual revela un cambio en la actitud del campesinado respecto de la institución eclesiástica.
Es muy posible que la desafección del campesino a esta institución no sea producida solamente por aquellos elementos del clero que estimularon en alguna forma las matanzas de campesinos. Seria interesante hacer un estudio sistemático sobre las actitudes religiosas del campesinado colombiano en las áreas de violencia.
Sin embargo, como hipótesis de trabajo, podemos decir que el campesino Colombiano tuvo una actitud de rechazo al sacerdote en esas áreas en donde no encontró una solidaridad franca por parte de estos, respecto de los intereses campesinos.
Es muy posible que los criterios de popularidad del sacerdote en las comunidades rurales hayan variado. Y no basta que este sea un buen ad-ministrador o que no haga nada malo. Es necesario que el campesino lo sienta solidario con sus intereses.
En el caso de que la mayoría del campesinado se constituya en grupo de presión, es muy posible que a largo plazo los criterios de ascenso por el canal eclesiástico hayan cambiado. Sin embargo, para un cambio fundamental en los criterios de ascenso es necesario que los criterios de la alta jerarquía no estén necesariamente ligados a los criterios e intereses de las clases dirigentes y por lo tanto al mantenimiento de las estructuras actuales.
Si el grupo de presión campesino, además de llegar a ser el más efectivo por la expresión de su aprobación o rechazo del sacerdote, llegara a producir un divorcio entre los intereses de la clase dirigente y los intereses de la Iglesia, cambiaria fundamentalmente la estructura del ascenso social por el canal eclesiástico, imponiendo para el ascenso social criterios basados en los intereses campesinos en lugar de los criterios basados en los intereses de la clase dirigente.
A nadie escapa la trascendencia que para el cambio social tiene, en un país como Colombia en el cual la institución religiosa tiene aún mucha influencia, el que los dirigentes eclesiásticos tengan una actitud de cambio basada en los intereses de la mayoría.
Como conclusión general, podemos afirmar:
1o. Que en los países subdesarrollados, en los latinoamericanos y en Colombia en particular, los canales de movilidad social ascendente están estructuralmente obstruidos para la mayoría de la población.
2o. Que el factor que condiciona en forma mas determinante la oclusión y control de los demás canales, es el económico.
3o. Que la minoría de la población que controla la movilidad social ascendente esta interesada en mantener la obstrucción de los canales de as-censo y por eso el conformismo es una condición indispensable para que esta se efectúe.
4º. Que la movilidad social ascendente es mas de tipo minoritario que masivo, mas material que socio-cultural y por tanto, sin efectos a corto plazo, sobre el cambio social.
5o. Que esta inmovilidad se presenta en forma más aguda en las áreas rurales de dichos países.
6o. Que la violencia simultáneamente produjo una conciencia de clase y dio instrumentos anormales de ascenso social.
7o. Que las estructuras del ascenso anormal establecidas por la violencia cambiaron las actitudes del campesino Colombiano, transformando al campesinado en un grupo mayoritario de presión.
b) Agresividad latente
La agresividad puede ser individual o social. La agresividad individual es el resultado de un deseo de destrucción originado en una frustración. La destrucción se busca como una compensación y como un medio de reconstrucción de lo que no se ha logrado.
La agresividad social tiene las mismas características pero extendidas al grupo social.
La agresividad puede ser manifiesta o latente. Según que el deseo de destrucción se pueda realizar o no.
La agresividad social en general se encuentra en aquellos países en los cuales hay frustración de aspiraciones. Si esa frustración de aspiraciones forma parte de la conciencia social y dentro de las instituciones sociales encontramos instrumentos violentos y eficaces de realización, la agresividad se hará manifiesta.
Según lo expuesto anteriormente, en las áreas rurales de los países en desarrollo, encontramos una gran inmovilidad social ascendente que produciría una frustración de aspiraciones en el caso de que haya conciencia de ella. Esta conciencia se adquiere, generalmente, por un cambio social inducido. Cuando las comunicaciones humanas se extienden y aumentan, la conciencia social aumenta y si se conocen puntos de comparación, las frustraciones aparecen.
Ahora bien, si existe la conciencia, pero no se conocen los instrumentos institucionales de realización, la agresividad seguirá en su estado latente.
Si los instrumentos institucionales eficaces se conocen y esos instrumentos están dentro de las estructuras vigentes, la agresividad latente se resolverá en una acción institucional que no violente las estructuras. Si por el contrario, los instrumentos eficaces que se conocen están contra las estructuras vigentes, la agresividad latente se convierte en agresividad manifiesta. Esta agresividad manifiesta se hará tanto más intensa cuanto más conciencia haya de las frustraciones y cuanto por un lado sean más eficaces los instrumentos contra las estructuras y por otro menos eficaces los instrumentos de acuerdo con estas.
En las áreas rurales de los países latinoamericanos, encontramos los diferentes grados de frustración y de conciencia y las diferentes combinaciones de instrumentos normales y anormales (de acuerdo o no con las estructuras). En todo caso la falta de movilidad social en estas áreas es un elemento de agresividad latente.
En Colombia la agresividad social latente se ha vuelto manifiesta en forma intermitente a todo lo largo de su historia. Desde las guerras precolombinas entre los indígenas, pasando por las luchas de la conquista, las revueltas de época colonial, la guerra de Independencia, las guerras civiles posteriores a esta y las manifestaciones de violencia que se ha sólido llamar política (como la del año 3o) hasta el fenómeno de violencia actual que hemos definido tentativamente al principio de este estudio.
Ya se ha visto, al considerar las variables anteriores, como la violencia introdujo simultáneamente:
lo. La conciencia de la frustración.
2o. La agudización de esa frustración.
3o. Los instrumentos eficaces, pero anormales para resolver la frustración.
La acción armada de las fuerzas oficiales fue el elemento de cambio social inducido por el cual se produjeron los tres efectos anteriores.
Podemos por lo tanto afirmar, que el fenómeno común a las áreas rurales subdesarrolladas descrito como agresividad latente se ha expresado en nuestras comunidades campesinas haciéndose agresividad manifiesta en el fenómeno de la violencia.
3o. Variables características de la sociedad rural Colombiana
a) Sectarismo político
Lo que se ha sólido llamar "sectarismo político" es una forma de agresividad de grupo y en concreto, de un grupo que hace parte de una organización que ejerce o pretende el poder estatal. Además del elemento de agresividad, debernos incluir en la expresión "sectarismo político", las nociones correlativas de seguridad intra-grupo e inseguridad extra-grupo.
Toda pertenencia a un grupo es un efecto y una causa a la vez, de la necesidad de seguridad social que tiene todo individuo. Esa función de seguridad que da el grupo, será tanto más intensa cuanto mayor sea la inseguridad de permanencia fuera del grupo. En los países desarrollados, además existen instituciones que garantizan la seguridad social en forma independiente de la pertenencia a un grupo. Por esto, la necesidad de pertenencia a grupos es mucho menor en estos países que en los nuestros. Como, por otra parte, la agresividad social es mayor en el país subdesarrollado porque las frustraciones son, en general, mayores, podemos afirmar que el sectarismo político es un subproducto de la falta de desarrollo socio-económico.
En los países no industrializados la pequeñas minoría que detenta el poder, constituye un grupo en si bastante cerrado (como lo vimos atrás) y que tiene la mayor cuota de seguridad dentro de la sociedad. La única forma de perder esta seguridad seria el cambio de estructuras que acarreara la perdida del control social.
Evidentemente. Dicho cambio no podrá provenir sino del extra-grupo, es decir, de la mayoría de la población que no puede ascender. Con todo, el hecho mismo de ser una minoría constituye un elemento de inseguridad en el caso de que la mayoría se muestre descontenta. Por consiguiente, es necesario algún mecanismo que satisfaga a la mayoría, mantenga las estructuras y si es posible, haga peligroso cualquier cambio de estas.
El partido político puede cumplir con las funciones anteriores, siempre y cuando llene determinados requisitos: en primer lugar, debe dar algunas satisfacciones a la mayoría de la sociedad, satisfacciones suficientes para evitar el descontento. En segundo lugar, debe relacionar las satisfacciones de necesidades al mantenimiento de las estructuras, y en tercer lugar, debe crear sistemas para hacer peligroso el cambio de estas.
El partido político en Colombia, es un instrumento para la satisfacción de algunas necesidades de la mayoría de los colombianos. Dada la importancia del botín burocrático en un país subdesarrollado (con mano de obra poco calificada, alto porcentaje del ingreso nacional dedicado a la administración y pocas exigencias técnicas por parte de esta) el partido político, es una importante fuente no solamente de subsistencia sino de expectaciones sociales para la subsistencia de muchos Colombianos ya que de el depende la repartición de este botín. En otras palabras, muchos de nuestros ciudadanos, viven de un empleo publico pero muchos mas dependen de los empleos públicos, aunque no los ejerzan, por la expectativa que tienen de ejercerlos. Por lo tanto, son muchos los Colombianos, que dependen directa o indirectamente del partido político.
Sin embargo, para que esa dependencia implique a la vez, una garantía para el mantenimiento de las estructuras socioeconómicas, es necesario que exija una dependencia a la clase dirigente. Por esta razón, para que el partido sea un instrumento apto de conservación para esta clase, debe ser poli-clasista, es decir, debe estar estructurado en base a la pertenencia de todas las necesidades sociales a esa clase dirigente. Como es lógico, si la pertenencia no trae ventajas técnicas ni racionales, es necesario buscar motivaciones sentimentales que la justifiquen. De ahí la base tradicional o sentimental que tienen los sistemas de partido, ya que el botín burocrático, que de hecho es repartido por la clase dirigente, podría ser administrado por la mayoría de la población, en forma más técnica y racional.
Para que este mantenimiento de las estructuras sea sólido y duradero, es necesario que su rompimiento entrañe un peligro para la clase que no se beneficia con el sistema vigente. El sectarismo político es el instrumento por el cual la clase dirigente logra que la mayoría encuentre una seguridad intra-grupo, proporcional a una inseguridad extragrupo.
En resumen, el partido político tiene funciones respecto tanto de la clase dirigente, como de la mayoría de los dirigidos; para la clase dirigente, constituye un elemento de conservación de las estructuras, por el sentimentalismo partidista y por el sectarismo político, y no permitiendo la reestructuración de los partidos en bases racionales que transformen las estructuras implantando el gobierno de las mayorías.
Para la clase dirigida el ambiente social de inseguridad que produce el sectarismo político, el partido constituye un grupo de refugio y el único capaz de relacionarlo con la clase dirigente, es decir, con la fuente de su propia seguridad. Esta relación debe establecerse con la condición indispensable del conformismo respecto del propio partido. Conformismo que se demuestra y se afianza mas con manifestaciones de sectarismo hacia el partido contrario. El sectarismo político es pues, el instrumento de doble filo que refuerza el conformismo de la clase dirigida y le garantiza la estabilidad de las estructuras a la clase dirigente.
La violencia fue desatada como un instrumento del sectarismo, para que cumpliera las funciones que hemos atribuido a este. De ahí que la violencia no se produjo entre las clases dirigentes sino entre la masa de los campesinos sentimentalmente divididos en los partidos tradicionales padeciendo una mayor in seguridad social, que los aferraba aún más a esos partidos. Por eso también una vez hecha la unión política entre las clases dirigentes, la violencia ha continuado para garantizar el sectarismo necesario que impide la reestructuración de los partidos con bases racionales capaces de transformar las estructuras. Dentro de esta política es lógico que cualquier individuo que se arriesgue a disentir de las directivas de los partidos tradicionales, sea considerado como marginal y casi como fuera de la ley. Es sintomática la aparición de sociedades macartistas, compuestas por elementos de la clase dirigente de ambos partidos. La función formal de estas sociedades, es la de perseguir al comunismo y la función informal es la de marginar a todo individuo o movimiento anticonformista que aparezca en el escenario político, social o económico. La violencia, por lo tanto, no favorece a uno y otro partido político en particular; en ocasiones, puede favorecer mas a un partido minoritario nivelando con el terror las fuerzas políticas desniveladas por diferencias electorales. Sin embargo, la violencia favorece fundamentalmente a toda la clase dirigente de cualquier partido que esta sea.
A pesar de todo, la violencia ha desencadenado un proceso social imprevisto por las clases dirigentes. Ha despertado la conciencia del campesino, le ha dado solidaridad de grupo, sentimiento de superioridad y seguridad en la acción: ha abierto posibilidades de ascenso social, y ha institucionalizado la agresividad, haciendo que los campesinos Colombianos comiencen a preferir los intereses del campesinado a los intereses del partido. Esto tendrá como efecto la constitución de un grupo de presión social, económica y aún política capaz de cambiar las estructuras en la forma menos prevista y menos deseada por la clase dirigente. Es muy posible que, debido a la violencia, el sectarismo político se cambie en sectarismo de clase como se ha visto ya en muchas áreas rurales Colombianas.
b) Falta de conciencia de clase
Escapa a los fines del presente análisis, el entrar en disquisiciones sobre la definición de clase social. Para nuestros objetivos basta tener una definición generalmente aceptada. Cuando hablamos de la clase campesina nos referimos a un cierto grupo social del status económico mas bajo dentro de la sociedad Colombiana. Consagrado a una ocupación dentro del sector primario de la producción, localizado predominantemente en las áreas rurales del país. Conciencia de clase es la que existe respecto de una serie de relaciones sociales existentes dentro del grupo antes definido, relaciones de tipo exclusivo respecto del extra-grupo. Cuando esta conciencia de clase, se une a la iniciativa en, y a la organización para la acción, el grupo que la posee, es capaz de influir en las decisiones gubernamentales y, por lo tanto es capaz de volverse un grupo de presión.
En muchos países subdesarrollados, el campesinado se ha organizado en diversas formas. Los movimientos agrarios en Latinoamérica, han tenido una importancia que contrasta con la que han tenido en nuestro país.
El carácter más pronunciado de las variables arriba señaladas, especial mente la del individualismo y la del aislamiento, han hecho que el campesinado colombiano no haya tenido una conciencia de clase. Por otra parte el aislamiento cultural de nuestro país, junto con el atraso en el equipo técnico de comunicaciones, han impedido las interacciones culturales necesarias para un cambio social capaz de crear una verdadera conciencia de clase. La ausencia de contactos ha producido una falta de coincidencia sobre las propias necesidades, por falta de conocimiento de otros grupos de referencia. La falta de movilidad social ascendente ha tenido por efecto la institucionalización de un fatalismo respecto de la solución de algunas pocas necesidades sobre las cuales hay conciencia. Aún en el caso en que, por alguna circunstancia, haya conciencia de las necesidades y el fatalismo haya sido reemplazado por una actitud de iniciativa en la acción, generalmente, esto ha sucedido a la escala individual. Los conflictos con los extra-grupos campesinos, han impedido la creación de una solidaridad rural, y el sectarismo político ha agudizado la desunión.
Aún después de la aparición de la violencia, podemos observar las comunidades rurales que no han sufrido el influjo de esta ni directa ni indirectamente y encontramos las características de conciencia respecto de las necesidades, fatalismo ante el progreso y falta de seguridad colectiva entre los campesinos.
Al considerar los efectos de la violencia, sobre la creación de la conciencia de clase en el campesinado Colombiano podemos recapitular el análisis sobre los cambios acaecidos de las otras variables:
La demasiada importancia del vecindario local, el aislamiento, el individualismo, los conflictos intra y extra-grupo, el sentimiento de inferioridad, la ausencia de movilidad social vertical ascendente, la agresividad latente implican una falta de conciencia de clase. La violencia, al alterar las anteriores variables, comienza a crear una conciencia de clase; generaliza las relaciones sociales entre los campesinos de casi todo el país, da conciencia de que esas relaciones son exclusivas del grupo campesino, y, además, da solidaridad para la acción comenzando a influir informalmente en las decisiones gubernamentales y por medio de pactos políticos, en las estructuras vigentes. De la falta de esa conciencia de clase, el campesino esta pasando paulatinamente a ser un grupo de presión que será definitivo en el cambio social de las estructuras Colombianas.
c) Respeto a la propiedad privada
De los diversos informes de los Cronistas de Indias, los historiadores de la Colonia y de los historiadores latinoamericanos, podemos concluir que la forma mas generalizada de propiedad dentro de las comunidades indígenas era la forma de posesión colectiva de la tierra.
La obra colonizadora española no afecto fundamentalmente la mentalidad indígena respecto de la propiedad. Las organizaciones rurales colectivas continuaron bajo nuevos patrones eclesíasticos, militares o civiles.
Con el movimiento emancipador se introdujeron las ideas liberales, dentro de las cuales la idea de la propiedad privada como base de la estructura política y social Colombiana. El respeto a la propiedad privada paso a ser patrimonio de los valores culturales Colombianos. Antes de la violencia nuestro campesinado tenla un respeto formal a la propiedad privada. Respeto que informalmente era desconocido en algunas ocasiones por la conducta de este. Durante la violencia se introdujo la institución del "jus primi possidentis".
Las expropiaciones ejercidas a menos precio, las invasiones, el control sobre cosechas y mercadeo, ejercidos por los grupos guerrilleros, hicieron perder a nuestros campesinos ese valor cultural que hablan adquirido en el ultimo ciclo.
En las comunidades en donde surgió este fenómeno se han organizado invasiones de tierras, con una facilidad que no solamente puede ser explicada por la presión económica, sino que tiene como base la practica, durante la violencia, de hacer uso de la propiedad ajena para los fines inmediatos de subsistencia. Aunque este efecto de la violencia es accesorio y aparentemente intrascendente, es importante respecto del cambio social; si, como vimos atrás, el campesinado sé esta constituyendo paulatinamente en un grupo de presión, es importante conocer los patrones culturales de ese grupo. Si el respeto por la propiedad privada ha dejado de ser un elemento dentro de esos patrones, es muy posible que en el cambio de estructuras que pueda llevar a cabo la presión de este grupo se ataque directamente la estructura de la propiedad.
CONCLUSIÓN
Basados en el análisis anterior, podemos decir que la violencia ha constituido para Colombia el cambio socio-cultural más importante en las áreas campesinas desde la conquista efectuada por los españoles. Por conducto de ella las comunidades rurales se han integrado dentro de un proceso de urbanización en el sentido sociológico con todos los elementos que este implica: la división del trabajo, especialización, contacto, socio-cultural, socialización, mentalidad de cambio, despertar de expectaciones sociales y utilización de métodos de acción para realizar una movilidad social por canales no previstos por las estructuras vigentes. La violencia además ha establecido los sistemas necesarios para la estructuración de una sub-cultura rural, de una clase campesina y de un grupo de presión constituido por esta misma clase, de carácter revolucionario. Sin embargo, la violencia ha operado todos estos cambios por canales patológicos y sin ninguna armonía respecto del proceso de desarrollo económico del país.
Aunque es muy difícil predecir, es muy poco probable que haya cambios estructurales lo suficientemente profundos, realizados por la sola iniciativa de la clase dirigente actual, para encauzar todas esas fuerzas anómicas dentro de un proceso de desarrollo planificado técnicamente. Sin embargo, la orientación hacia los problemas agrarios que han tenido los últimos gobiernos, podría producir el efecto de la creación de un liderazgo de base capaz de dirigir las presiones del campesinado hacia objetivos de desarrollo social v económico. Si estas presiones se ejercen en forma suficientemente técnica y enérgica, podrían cambiar la estructura de nuestra clase dirigente siempre y cuando esta sea capaz de valorar a tiempo el peligro de una transformación que la destruya completamente, por no haber podido adaptarse a un cambio social que se presenta como inevitable.