La revolución, imperativo cristiano

ESENCIA DEL APOSTOLADO CRISTIANO

Para determinar cual es la esencia del apostolado cristiano tenemos que precisar dos aspectos: uno ontológico y otro epistemológico. En otras palabras, debemos definir qué es el apostolado cristiano y cómo lo podemos reconocer.



1. ¿Qué es el apostolado cristiano?

El apostolado cristiano es la actividad que se desarrolla para establecer e incrementar el Reino de Dios.

El apóstol por excelencia es Cristo. Si definimos cual fue la esencia de su misión, podemos definir cual es la esencia del apostolado cristiano.
Dios le concedió poder a Cristo para que: "Él dé la vida eterna a todos aquellos que le confió" (Jo. XVII, 2).

En el evangelio de San Juan, encontramos el uso de las palabras "vida" y "vida eterna" en el mismo sentido en que San Mateo usa la expresión "Reino de Dios" y San Pablo la de "Justicia". Identificación por lo demás legítima, ya que el Reino de Dios consiste en tener la vida; y la justicia -en el sentido paulino- consiste en poseer esa misma vida. Cristo vino "para que las ovejas tengan la vida y la tengan abundantemente" (Jo. x, 10). Por consiguiente la esencia del apostolado reside en trabajar para que todos tengan la vida sobrenatural y la tengan en abundancia.

2. ¿Cómo podemos reconocer el trabajo apostólico?

El trabajo apostólico consiste en todo aquello que lleve a los demás a tener la vida sobrenatural. Este trabajo siempre es eficaz, aunque sus resultados no sean visibles. El resultado último y esencial es invisible ya que es la misma vida sobrenatural. Sin embargo hay varios indicios de la existencia de la vida sobrenatural que condicionan la actuación apostólica. Es importante que la acción apostólica se encamine a producir dichos indicios como medios y no como fines. Hay un elemento externo que es a la vez indicio y condición insustituible de la acción apostólica. Son las manifestaciones de amor al prójimo. Si esas manifestaciones de amor al prójimo están animadas de la vida sobrenatural, además de indicio y condición "sine qua non", se convierten en fin de la acción apostólica. Explicaremos esta afirmación al aclarar cuales son los demás indicios de existencia de la vida sobrenatural y por lo tanto de los medios propios del apostolado cristiano.

Los medios ordinarios para obtener la vida sobrenatural, son los previstos en las Escrituras y en la práctica de la Iglesia: oración, sacramentos, misa. Sin embargo, el empleo de estos medios, aunque sea un buen indicio de existencia de la vida sobrenatural, no dan una certidumbre absoluta de dicha existencia, sin una revelación especial. Es posible que haya una práctica de estos medios sin que haya caridad, y sin caridad no son índice de vida sobrenatural.

Profesar la fe en Dios y en Jesucristo, puede ser también un índice de posesión de la vida sobrenatural. "La vida eterna es que ellos te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo" (Jo. xvii, 3). Sin embargo también se puede tener y profesar la fe, sin tener vida sobrenatural: "Si teniendo tanta fe que trasladase los montes, Si no tengo caridad, no soy nada" (I. Cor. xrn, 2). De nada Sirve al cristiano tener todos los indicios de tener la vida sobrenatural, Si no tiene caridad.

En cambio si se tiene caridad se tiene todo. "Porque aquel que ama al prójimo cumple con la ley" (Rom. XIII, 8). La caridad es, por lo tanto, "La ley en su plenitud" (Rom. XIII, 10).

No puede haber vida sobrenatural sin caridad, y sin caridad eficaz. Esencialmente la caridad es el Amor sobrenatural. Para que haya verdadera caridad se necesita que exista un verdadero amor. Las obras en favor del prójimo son indispensables para que el amor sea verdadero. Por lo tanto, la caridad ineficaz no es caridad. "Es por sus frutos por lo que los reconoceréis" (Mát . VII, 16). "Si un hermano o una hermana están desnudos, Si ellos carecen del alimento diario, y uno de vosotros le dice: Id en paz, calentaos, saciaos, sin darles lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve esto?" (Sant. II, 15, 16).

El juicio de Dios sobre los hombres está basado fundamentalmente en la eficacia de nuestra caridad. En el juicio final (Mt. xxv, 31 ss.) lo que decidirá sobre la suerte eterna será haber dado comida, bebida, hospedaje, vestido, acogida real a nuestros hermanos.

Como conclusión, podemos afirmar que no hay vida sobrenatural, en las personas que tienen uso de razón, cuando faltan las obras en beneficio de nuestro prójimo. Estas obras, materiales y espirituales, en sí mismas no son indicios absolutamente ciertos de la existencia de la vida sobrenatural. Puede haber obras buenas que no sean sobrenaturales. Para que lo sean, se necesita que el que las ejecuta tenga la gracia para lo cual es necesario tener la fe, aunque sea implícita. Una persona que esté de buena fe puede salvarse. No es cierto que fuera de la Iglesia no puede haber gracia, ni que la única forma de pertenecer a la Iglesia sea la recepción formal de los sacramentos. Puede haber Bautismo de deseo y Penitencia de deseo.

Por lo tanto puede haber vida sobrenatural, aun cuando no haya fe explicita, ni recepción formal de sacramentos. En cambio no puede haber vida sobrenatural, en los individuos racionales, Si no hay obras en favor del prójimo.

El problema no es de exclusión sino de prioridades, de política en la acción apostólica; en una palabra, de pastoral.
Sabemos que los sacramentos producen la vida sobrenatural. Pero la recepción externa no es necesaria para los sacramentos "invoto". En cambio, sabemos que las obras en favor del prójimo (espirituales y materiales) Si son indispensables para la vida sobrenatural.

La acción apostólica puede especializarse en procurar la práctica de los sacramentos. Sin embargo, esta práctica sin las obras no vale nada.

Puede también concentrarse en las obras. Sin la gracia las obras tampoco son meritorias.

Una buena pastoral que parta de los sacramentos debe terminar en las obras de caridad, y una buena pastoral que parta de las obras de caridad debe culminar en los sacramentos.

La única diferencia, pero muy importante, es la de que la práctica de los sacramentos no supone las obras. Es necesario probar que hay obras, aunque sean interiores, para presumir que hay vida sobrenatural: "Nosotros sabemos, que hemos pasado de la muerte a la vida, porque nosotros amamos a nuestros hermanos" (I. Jo. m, 14).

En cambio las obras, interiores y exteriores en favor de nuestro prójimo, sí deben presumirse hechas por amor sobrenatural. La presunción de la existencia de la vida sobrenatural, está basada en la obligación de pensar que todo el mundo esta' de buena fe, mientras no se demuestre lo contrario.

Las dos vías son legítimas. Sin embargo, la insistencia en las obras parece más eficaz que la insistencia en los sacramentos. En abstracto, no podemos tampoco juzgar, que la persona que aparentemente no haga sino recibir los sacramentos, no tenga obras desconocidas o incognoscibles (interiores) de amor al prójimo.

Lo que aquí estamos tratando de precisar es la prioridad y el énfasis que el apóstol debe dar a las obras.

Esta prioridad se aclara más, si se consideran dos circunstancias históricas actuales. circunstancias que deben, por otra parte, orientar la acción pastoral:

A. El Problema Social.
B. El Pluralismo.

A. El Problema Social actual, ha sido definido desde el punto de vista cristiano en muchas ocasiones, por los papas y por diversos autores. Elemento indiscutible en estas definiciones es el de la miseria material. No es un factor exclusivo, pero es indispensable para entender el problema y para resolverlo. En el mundo actual es imposible ser cristiano, sin enterarse del problema de la miseria material.

Ahora bien, el problema de la miseria material exige el concurso de todos los hombres. De ahí que solo en casos de una vocación especial, o de una circunstancia personal de excepción, es difícil, en la situación actual, poder eximir de las obras exteriores y materiales a los cristianos.

Como política de conjunto, el apostolado debe dirigirse con prioridad a las obras materiales en favor del prójimo, para centrarse en una perspectiva de caridad efectiva y actual.

B. El Pluralismo ha sido también reconocido como característica de la sociedad actual. Pluralismo ideológico e institucional. Los sistemas religiosos, filosóficos y políticos opuestos, han tenido que afrontar la realidad de su coexistencia. Esta resulta más fácil' y menos costosa que la mutua eliminación. La coexistencia no puede verificarse sino en base a los puntos comunes. Un conjunto importante de puntos comunes, los ofrecen los programas de acción. La acción en favor de los hombres, ejecutada por hombres, nunca es totalmente buena ni totalmente mala. Cuando se produce cuando pasa de los proyectos a las realidades, se presenta como un reto a las conciencias de todos los que buscan el bien de la humanidad. El reto de la acción es bastante comprometedor: aceptar un programa de acción implica asumir los defectos inevitables que tenga; rechazarlo significa descartar las ventajas que innegablemente también debe que tener.

Sin embargo, la acción, es algo concreto. Las variables que la condicionan son controlables, en su mayoría, por la observación objetiva. Los hechos no se prestan a discusión. Por otra parte, la acción para servicio de los demás, dentro de los valores del mundo actual, ha venido a ocupar el primer puesto. Cristianos y anticristianos lo aceptan como primera prioridad. Las diferencias están en los medios, en las modalidades y en los fines últimos. Pero el principio de amor al prójimo no se discute. El elemento en común esta' constituido, por lo que es esencial en el cristianismo. Podríamos decir, que en los no cristianos ese principio es naturalista y no es formalmente cristiano. Para afirmar esto, debemos probar antes la mala fe de los anticristianos que profesan y realizan obras de beneficio para el prójimo.

Si el apóstol cristiano concentra sus energías, principalmente (no exclusivamente) en que todos ejecuten obras de amor a los hombres, esta insistiendo en un valor que es universalmente aceptado y que constituye un indicio de la existencia de la vida sobrenatural.

En un mundo pluralista la unión en la acción en favor de los hombres, es una unión en una base presumiblemente cristiana.

Dentro de este criterio, dice el Papa Juan XXIII en la Encíclica Pacem in Terris: "Se ha de distinguir también cuidadosamente entre las teorías filosóficas sobre la naturaleza, el origen, el fin del mundo y del hombre, y las iniciativas de orden económico, social, cultural o político, por más que tales iniciativas hayan sido originadas e inspiradas en tales teorías filosóficas, porque las doctrinas, una vez elaboradas y definidas, ya no cambian, mientras que tales iniciativas, encontrándose en situaciones históricas, continuamente variables están forzosamente sujetas a los mismos cambios. ¿Además, quien puede negar que en dictados de la recta razón e interpretes de las justas aspiraciones del hombre, no pueden tener elementos buenos y merecedores de aprobación?

"Teniendo presente esto, puede a veces suceder que ciertos contactos de orden práctico, que hasta aquí se consideraban como inútiles en absoluto, hoy, por el Contrario sean provechosos o puedan llegar a serlo."*

Las formas, las condiciones y las circunstancias de dicha unión las consideramos mas adelante. Por ahora nos basta revelar la importancia de insistir en las obras exteriores en favor del prójimo, para el apóstol que debe actuar en una sociedad pluralista.

Resumiendo: Las obras en beneficio del prójimo son:

lo. Desde el punto de vista teológico, un índice de los más seguros de la existencia de la vida sobrenatural.

2o. Desde el punto de vista pastoral, el objetivo más importante para el apóstol que vive en una sociedad con problemas sociales y de constitución pluralista.


ELEMENTOS DE LA PROGRAMACIÓN ECONOMICA EN LOS PAISES SUBDESAROLLAD0S.

1. Nociones

El concepto de "programación económica" debe ser precisado para poder hacer cualquier consideración al respecto.

Todo programa supone una previsión del futuro. Supone un plan. Por eso es necesario definir que entendemos por planeación económica y en qué sentido la programación puede ser sinónimo de planificación.

Programación económica puede ser una previsión que no tenga ninguna seguridad de cumplirse. Puede ser también parte de una planificación económica. En el presente estudio se considerara en este sentido, y por eso se tratara de profundizar en la noción de planificación. La planificación económica es el conjunto de medios y de fines que se determinan para el desarrollo de los bienes y servicios de una determinada sociedad.

La planificación económica puede ser distinta de una comunidad a otra, de un país a otro, de una regi6n socio-económica a otra. También puede variar de acuerdo con los regímenes y la clase de autoridad que la plantea y ejecuta.

Las variables son diferentes en un país capitalista, desarrollado o en proceso de desarrollo, o en un país socialista.

2. Planificación en los países socialistas

La planificación en los países socialistas fue el resultado de las necesidades que un efecto premeditado de los técnicos marxistas.

La Unión Soviética tuvo que abordar desde el principio del régimen socialista la penuria de materias primas. Fue necesario centralizar su repartición. Esta centralización y esta repartición, exigieron a su vez una centralización de informaciones. La labor del Consejo Superior de la Economía Nacional (creado por Lenin el 5 de enero de 1918) se redujo al principio, a la aplicación a la industria de los "cuestionarios estadísticos" utilizados para la agricultura, desde hacia mucho tiempo en otros países.

El "Servicio de Coyuntura" hacia previsiones al nivel nacional, que poco a poco se transformaron en directivas. El Gosplan (Comisión del Plan del Estado) comenzó en 1923 a hacer proyectos de planes quinquenales para la industria metalúrgica y los transportes. Solamente después de quince años se fijaron métodos y teoría para una planificación nacional. Es de notar que al comienzo esta se llevó a cabo respetando la propiedad privada de la mayoría de los medios de producción. Por lo tanto no era muy diferente de la planificación que se hace hoy en países capitalistas. Solamente cuando el Estado controló los principales medios de producción, pudo planificar con verdadera fuerza imperativa.

Mucho se ha discutido sobre la posible evolución económica de Rusia, Si hubiera continuado dentro del proceso capitalista que se desarrollaba en el resto de Europa. Sin embargo, ésta es una suposición irreal. Debemos atenernos a los hechos y analizarlos como sucedieron hist6ricamente. La Unión Soviética, gracias en gran parte a su sistema de planeación económica, con control del Estado sobre los medios de producción, ha llegado a ser hoy en día, por lo menos la segunda potencia económica del mundo, partiendo de un estado de subdesarrollo en el año 1917.

¿A qué le podemos atribuir principalmente ese desarrollo?

Sin necesidad de adentrarse demasiado en la teoría marxista de la plusvalía, se puede afirmar que la Unión Soviética ha utilizado, casi en su totalidad y en forma progresiva las ganancias de la producción nacional, en fines comunes y técnicamente planificados. Este resultado debe una estrecha relación de causalidad con la teoría marxista. Sin embargo, cabe preguntarse, ¿ hasta dónde otra ideología, por ejemplo, de tipo espiritualista, habría podido inspirar efectos económicos semejantes? ¿Hasta dónde están implicados los principios materialistas en la orientación autoritaria de las inversiones?

Al final de este capitulo se considerará el problema.

3. Planificación en los países capitalistas

La planificación capitalista al nivel nacional solamente se encuentra en Alemania, antes de la última guerra mundial.
Exceptuando planes parciales, únicamente después de esta época encontramos en casi todos los países una planificación económica nacional. La tardanza en la aparición de dichos planes se puede atribuir a las siguientes causas:

a) Recursos suficientes en cuanto a materias primas.
b) Ausencia de integración regional (Mercado Europeo p. ej.)
c) Falta de planeación generalizada al nivel empresarial y local.
d) Ausencia de datos estadísticos suficientemente completos y exactos.
e). Ausencia de una concepción suficientemente intervencionista del Estado.

La planificación económica en los países capitalistas, de la misma manera que en los países socialistas, es un efecto del desarrollo económico y de la competencia. Sin embargo, en los primeros, que ahora se consideran, las características de la planeación, son aún muy diferentes a las que son propias de los países socialistas. "Las producciones en un régimen liberal serian más en función de intereses particulares, que de necesidades generales a las cuales se adaptan difícilmente", dice Campion. Con todo, es necesario anotar de qué manera las "necesidades generales" han sido tomadas progresivamente, más en cuenta en los países capitalistas. Para hacer este análisis debemos adentrarnos algo en la evolución de la estructura política de estos mismos países.

Recién establecidos los regímenes democráticos, los grupos de presión minoritarios orientaban la política económica. El desarrollo económico trajo consigo, un desarrollo social caracterizado por una elevación de los niveles culturales y económicos de los grupos mayoritarios. La doctrina marxista y el movimiento social-cristiano alimentaron la formación de organizaciones populares. La escasez de mano de obra calificada primero, y de mano de obra nacional, en general, después, hicieron más poderosas las organizaciones nacionales de trabajo.

Con la elevación del ingreso nacional vino la elevación evidente, aunque no proporcional, del nivel económico de los grupos mayoritarios. Esto facilitó el aumento del nivel educacional, de las cooperativas de todo género, dentro de estos mismos grupos que empezaron a ejercer presiones diversas y eficaces sobre los organismos gubernamentales. El juego de fuerzas entre las minorías, detentadoras del poder económico y las mayorías organizadas, Se hizo más equitativo. Los intereses particulares se hicieron más generales. Esto, naturalmente, dentro del ámbito nacional, ya que en relación con la política internacional, los intereses de los países indigentes eran sacrificados a los de los países ricos. La predicción de Lenin comenzó a cumplirse: el capitalismo nacional sé convirtió en imperialismo internacional.

La característica que diferencia fundamentalmente a la planificación capitalista de la planificación socialista es el grado de control sobre las inversiones y la rapidez con que éste se adquiere.

En el momento actual el control sobre las inversiones, ejercido en los países capitalistas, realizado por sistemas indirectos tales como los impuestos, el crédito, los subsidios, etc., es bastante generalizado. Sin embargo, nunca alcanza al grado de intensidad de los países socialistas y los intereses particulares, aunque intervenidos, no dejan de ser importantes en las decisiones de la política en general.

En cuanto a la rapidez, es cierto que la adquisición del control supuso en los países socialistas un proceso de varios años como se expuso atrás. Con todo, la orientación hacia los intereses comunes y el criterio técnico imperaron desde un principio y el proceso fue evidentemente más corto.

4. Planificación en los países subdesarrollados

Los países indigentes han sido llamados países subdesarrollados, países en desarrollo o en vía de desarrollo.

Las denominaciones diversas, últimamente han adquirido un carácter eufémico más conforme a una delicadeza paternalista que a un criterio técnico.

El subdesarrollo debe evidentemente diversos grados. Sin embargo, un país subdesarrollado es diferente de un país "en desarrollo". El primero se encuentra estructuralmente imposibilitado para desarrollarse. El segundo ya ha pasado por el que se ha sólido llamar "punto de arranque" del desarrollo. De lo contrario no se podría llamar "en desarrollo".

La planificación en los países subdesarrollados debe beneficiarse, hoy en día, de las experiencias adquiridas en la materia, tanto por los países capitalistas como por los países socialistas.

De hecho, los países subdesarrollados están intentando, hoy en día, la realización de una planificación económica. En muchos de ellos existen organismos estatales de planeación que la ejecutan con muy poca eficacia. Para mejorarla se proponen fórmulas administrativas, se reúnen expertos, se celebran congresos. Sin embargo, es necesario que se analicen las deficiencias estructurales que obstaculizan en estos países una autentica y eficaz planificación económica en favor de las mayorías.

Dentro de estas deficiencias surgen dos tipos de obstáculos: los económicos y los sociales.

A. Obstáculos económicos

Anotaremos los principales:

a) Falta de inversiones productivas.
b) Falta de personal técnico.
c) Falta de una política de desarrollo.

a) Falta de inversiones productivas.

Esquematizando, las inversiones pueden ser de capitales nacionales y de extranjeros.

Las inversiones productivas de capitales nacionales, son difíciles de lograr espontáneamente. En primer lugar porque los capitales nacionales son escasos, ya que escaso es el ahorro, porque los ingresos son bajos. Además, los capitales se invierten, de preferencia, en países que tengan moneda estable, y en donde haya más seguridades institucionales. Es decir, en países industrializados y desarrollados. Estos fenómenos constituyen círculos viciosos difíciles de romper.

Por otra parte las inversiones de bienes de consumo y bienes suntuarios, no son planificadas ni siempre son las más productivas. Desgraciadamente éstas son las más usuales en los países subdesarrollados.

En éstos es imposible lograr inversiones productivas, Si ellas dependen de la iniciativa privada.

En cuanto a la inversión de capitales extranjeros, el factor político es determinante. La división del mundo en dos bloques, capitalista y socialista, hace que los países subdesarrollados que se alineen en uno u otro se vean sometidos a un monopolio en cuanto a la financiación externa.

La falta de competencia que implica esta polarización, pone a los países subdesarrollados incondicionalmente en estado de dependencia del país inversionista.

La planificación de las inversiones, tanto nacionales como extranjeras, requiere boy en día que se haga en el plano supranacional.

Todos los países subdesarrollados aspiran a conquistar Su independencia económica, mediante la industrialización. Casi todos pretenden también poseer una industria pesada nacional. Sin embargo, los esfuerzos aislados de cada nación pueden resultar antieconómicos. Mediante la integración regional podría estudiarse que género de inversiones podría ser más productivo, y si es el caso, que algunos países se especialicen en producción agropecuaria y otros en algunas industrias complementarias de las de los demás.

Esta planificación supranacional exige un margen de libertad, para que los países subdesarrollados puedan aprovecharse del juego de la competencia establecida entre los países desarrollados.


b) Falta de personal técnico

El personal técnico no se puede lograr sin inversiones en el sector de la educación. Los bajos presupuestos de los países subdesarrollados para este, son una manifestación de la falta de criterio de productividad en las inversiones. Se prefiere invertir en material bélico, en ejército o en burocracia poco eficaz, ya que estas inversiones están más de acuerdo con los intereses de las minorías privilegiadas, a quienes corresponde tomar las decisiones.

Con porcentajes tan bajos de preparación técnica es imposible tener ejecutores de un plan de desarrollo verdaderamente científico. Influyen también poderosamente los altos índices de analfabetismo. Este defecto en la base, trasciende lógicamente a los niveles medio y superior de la educación. Por falta de planeamiento autoritativo, en ocasiones los profesionales de nivel superior son más numerosos que los del nivel medio, pese a que las necesidades requieren lo contrario. Los mejor calificados de nivel superior, muchas veces emigran a países desarrollados en donde encuentran mayor remuneración.

En muchas ocasiones la ayuda por parte de los países ricos a los subdesarrollados, se hace en base a la asistencia técnica. Esta es muy necesaria, pero seria importante estudiar también cómo evitar la emigración de los técnicos nacionales.

c) Falta de una política de desarrollo

La falta de inversiones productivas y de personal técnico, esta sometida a una serie de círculos viciosos, de los cuales es imposible salir sin una decisión por parte de los que controlan los factores de poder. En los países subdesarrollados, los diversos factores de poder están generalmente concentrados en muy pocas manos. Los medios de producción y los altos niveles culturales, pertenecen a una clase dirigente minoritaria. Esta misma clase reducida, ejerce por sí misma o por medio de un cuerpo de políticos el poder político; en algunos países en donde hay una mayor división de trabajo, el grupo dirigente ni siquiera se toma la molestia de ejercer funciones públicas. Le basta con poder dirigir a los funcionarios. El ejército no se justifica en dichos países, sino para mantener el orden interno, es decir, la estructura dominante. Cuando se habla sobre las frecuentes revoluciones o golpes de estado, en Latinoamérica por ejemplo, no se trata de verdaderas revoluciones, ya que las estructuras se conservan intactas. Lo que sucede es que hay apenas un simple relevo de personal en los cargos públicos. Cuando este relevo no lo puede ejecutar la clase dirigente por las vías legales, entonces opta por las ilegales.

A través del poder económico, del poder cultural, político y militar, la clase dirigente controla los demás poderes. En aquellos países en donde la Iglesia y el Estado están unidos, la Iglesia es un instrumento de la clase dirigente. Cuando, además la Iglesia posee gran poder económico y poder sobre los medios educacionales, la Iglesia participa del poder de la minoría dirigente.

A continuación se tratara' de analizar qué factores influyen en las decisiones económicas de las minorías dirigentes de los países subdesarrollados, y si es posible que éstas tomen medidas para romper los círculos viciosos.

Como ejemplo tomaremos las decisiones que se tomen respecto de las inversiones, ya que de éstas dependen los dos primeros obstáculos ya anotados, a saber, falta de inversiones productivas y de personal técnico.

Las decisiones para hacer inversiones, que sirven a las mayorías, difícilmente pueden ser adoptadas por las minorías a no ser que también se beneficien por las mismas decisiones. Es cierto que pueden encontrarse actitudes altruistas en algunos miembros del grupo minoritario. Pero es difícil que las motivaciones individuales produzcan actitudes del grupo, como tal.

Se examinará una decisión que podría ser tomada por la clase minoritaria, y que favorecería a todos. La elevación general de los niveles de vida.

El aumento del poder adquisitivo aumenta, en principio, la demanda y aumentando la demanda se puede aumentar la producción.
Ahora bien, para que este mecanismo funcione se necesitan algunas condiciones:


I. Existencia de una economía nacional de mercado.
II. Competencia libre (ausencia de monopolios, oligopolios y de proteccionismo aduanero).
III. Mentalidad de empresario de los productores.

Expliquemos estas condiciones:


I. Un sector importante de los miembros de la clase dirigente de los países subdesarrollados, no basa sus ingresos en una economía de mercado nacional. Los terratenientes ausentistas, muchos propietarios de finca raíz y los que invierten en el extrán3ero, no se ven afectados por las fluctuaciones inmediatas de la demanda de bienes y servicios dentro del mercado interno.

II. La concentración del poder económico en pocas manos, es correlativa a la estructura monopolística. En los países subdesarrollados los monopolios, los trusts y los cárteles controlan la producción, especialmente la producción industrial. En cuando a la producción agropecuaria que esté dentro de una economía de mercado, los intermediarios se constituyen en monopolistas de la distribución.

El productor monopolístico no depende necesariamente del volumen de la demanda, para mantener su nivel de ganancias. Puede establecer el precio por encima de los costos marginales de producción. Solamente aumentara' el volumen de producción, cuando las ventajas de la cantidad de ventas, justifiquen la baja del precio que implica ese aumento.

La elevación de los niveles de vida, se haría a Costa de las ganancias de los capitalistas. Es mucho más cómodo insistir en precios altos para menos consumidores, que en precios bajos para más consumidores. La última fórmula implica más trabajo, más posibilidades de conflictos laborales y una reducción de bienes suntuarios. Si los monopolios gozan de la protección del Estado, Se excluye la competencia de los productos extranjeros. Mientras el precio de estos sea más elevado, el esfuerzo que hace el productor nacional es únicamente sobre la calidad. La propaganda irá dirigida al sector de la población que consume, por cualquier razón, productos extranjeros. La demanda que interesa al monopolista, es la proveniente de los estratos económicos altos. Los productores procuran un aumento en los niveles generales de vida, solamente en un mercado de libre competencia.

III. Mentalidad de empresario de los productores.
No obstante las limitaciones en las condiciones anteriores es innegable que existen en los países subdesarrollados, algunos productores que, dentro de una economía de mercado, están en libre competencia. Sin embargó para que estos decidan hacer aumentar la demanda de sus productos, necesitan tener el deseo de ampliar su producción. Para esto se requiere poseer mentalidad de empresario en el sentido en que la define Schumpeter, en la cual la productividad, la creatividad y la audacia están' en primer termino. Con todo la divulgación de esta mentalidad, depende estrechamente del desarrollo económico general. Son dos factores entre los cuales existe causalidad reciproca. En los países subdesarrollados la mentalidad feudal es la más generalizada. El prestigio está basado más en poseer, y poseer bienes ostensibles, que en producir o poseer bienes de producción. Esto hace que solo una pequeña minoría de los productores, esté interesada en la elevación de los niveles de vida de las clases populares.
Esta minoría es la que se ha sólido llamar burguesía progresista o nacionalista.
El ejemplo de la decisión anotada respecto de los niveles de vida, nos ilustra sobre la dificultad que hay para que la clase dirigente tome decisiones para bien de las mayorías, y no exclusivamente de sus propios intereses.
En los países subdesarrollados, el poder de esta clase es tan gran de que toda concesión es perdida.
La iniciativa de ruptura de los círculos viciosos difícilmente podrá' partir espontáneamente de las minorías dirigentes. Esta es la base para que no exista en los países subdesarrollados una política de desarrollo, y no pueda haber una verdadera y autentica planificación económica.

B. Obstáculos sociales

Al analizar la ausencia de una política de desarrollo se vio la dificultad, de que la clase dirigente hiciera prevalecer los criterios técnicos para lograr el bienestar de las mayorías, sobre sus propios intereses de clase.

Si la iniciativa no parte de la clase dirigente, se puede suponer que venga de las mayorías, como también se expuso al hablar de los países capitalistas desarrollados.

Sin embargo, es difícil que las mayorías puedan, en los países subdesarrollados, ejercer presiones suficientemente eficaces para orientar la política de desarrollo económico.

Claro está que así como hay diferencia en los grados de desarrollo, también las habrá en las posibilidades de presión de las mayorías, para efectos económicos.

A continuación se consideraran los obstáculos, para que las mayorías puedan ejercer presión para efectos exclusivamente económicos. Estos obstáculos se presentan, en general en los países subdesarrollados pero en grado diferente.

Entre los principales se pueden enumerar los siguientes:

a) Falta de motivación;
b) Falta de información;
c) Falta de organización;
d) Falta de libertad de acción.

a) Falta de motivación

La motivación está en razón directa de la eficacia prevista. Ahora bien, la eficacia prevista depende de las experiencias y de las informaciones. Las experiencias eficaces en materia económica, son efecto de los otros obstáculos que se consideraran más adelante.
Las informaciones versan sobre eficacia en otras sociedades similares.
En general, las masas populares de los países subdesarrollados tienen muy poca confianza en su propia capacidad para lograr reformas económicas estructurales. Para reformas accidentales si tienen alguna confianza, y por lo tanto motivación.

b) Falta de información

La información se toma aquí en el sentido más amplio: posibilidad de leer, de oír, de aprender, etc.

Los medios de información de las clases populares, mayoritarias, son bastante precarios. Por los altos índices de analfabetismo, los medios auditivos se han convertido en los más corrientes, especialmente después de la invención del sistema de los transistores que no requieren obras de infraestructura para producir energía.

Los contactos personales son también efectivos, aunque en estos países Se ven obstaculizados por la penuria de los medios de transporte.

Los mejores medios son más aptos para transmitir y captar "slogans" de genero más político que científico. La información en asuntos econ6- micos, no ocupa un lugar importante en el conjunto de las noticias que reciben las masas populares de los países subdesarrollados. Dentro de estas se encuentran muchos de los fracasos sindicales en materias económicas, que en estos países son frecuentes.

c) Falta de organización

La organización supone planeamiento y disciplina, elementos estos que constituyen un subproducto del desarrollo.
Los países subdesarrollados generalmente han sido dominados por países desarrollados. Las diversas formas de colonialismo han favorecido la pasividad en las mayorías de estos. El individualismo, especialmente entre la población rural, minifundista, se ha implantado al mismo tiempo que las instituciones colonialistas.

Las organizaciones de base son escasas en los países subdesarrollados. Los rezagos indígenas de organización comunitaria van desapareciendo paulatinamente, especialmente en los países en donde las clases dirigentes son más reducidas.

d) Falta de libertad de acción.

La acción de grupos rurales ha sido siempre difícil por la dispersión e individualismo que en general caracteriza a sus componentes. Los grupos mis poderosos desde el punto de vista numérico, económico y organizativo pertenecen a las grandes empresas tanto urbanas como rurales. Con todo, los miembros de base de estas empresas, participan generalmente de los privilegios de los patronos, aunque en escala muy inferior. En general, los sindicatos de las grandes empresas monopolistas o protegidas son sindicatos patronalistas que no gozan de libertad de acción.

Los bajos recursos económicos de esta población de base la impide la libertad de acción. Las huelgas de los sindicatos no patronalistas, cuando no son declaradas ilegales, son reducidas por hambre.

El macartismo legal o informal es un instrumento de las clases dirigentes, para impedir la acción de las organizaciones de base y, en especial, la de sus dirigentes.

Como conclusión, podemos afirmar que en los países subdesarrollados, no se podrán formar grupos mayoritarios para producir cambios exclusivamente económicos de carácter estructural, sin elementos implicados en el mismo proceso de desarrollo. Dichos elementos son principalmente: una motivación eficaz para formarlos, una información alerta y completa, sentido de planificación y de disciplina, y una relativa libertad política, legal y económica para actuar.

 

Para las presiones de tipo político ejercidas por las mayorías, los obstáculos en países subdesarrollados, son mucho menores.

La propaganda política es más abundante y accesible. Causa motivaciones basadas en éxitos conocidos. Las organizaciones políticas, por el contrario, son más difíciles, pero en ocasiones se pueden disfrazar bajo la apariencia de organizaciones sociales y, en este caso, la clandestinidad favorece la motivación y quizás más que para producir las presiones económicas. Sin embargo, la lucha, precisamente para conquistarla, por hacerse más obvia se torna en menos difícil.

Es claro que la presión política no se puede aislar de la presión económica ni, mucho menos, de la presión social. Con todo, se considera aquí la presión política en el sentido de la serie de gestiones, legales o ilegales, pacificas o violentas que se realizan en vista a procurar decisiones gubernamentales. Las decisiones gubernamentales pueden ser dentro de las estructuras, reformando las estructuras o cambiándolas. En consecuencia la presión se puede hacer, o para obtener cambios accidentales, o para reformar las estructuras o para cambiarlas. Esta distinción es fundamental para los países subdesarrollados.

La presión para lograr cambios accidentales, no estructurales, ha sido generalmente la única actividad de los grupos mayoritarios organizados. El establecimiento de una legislación laboral calcada en la de los países desarrollados, ha servido como sofisma de distracción para canalizar los esfuerzos de la clase popular hacia lo accidental. Dentro de estos cambios accidentales, figuran algunas ventajas económicas que estarían comprendidas en los resultados de las presiones de tipo económico de que se habló atrás.

La presión para obtener cambios reformistas, es aquella que pretende soluciones de transacción. Es decir, soluciones que contemplen intereses comunes a la clase alta y a la clase popular. Estas soluciones no cambian las estructuras, sino que las adaptan a esos intereses, en caso de que existan. En ocasiones, preparan a la sociedad para un cambio fundamental. Por ejemplo: Las Leyes de Reforma Agraria que sirven para industrializar un país.

La presión para obtener un cambio revolucionario, es la que se encamina al cambio de las estructuras. Especialmente se trata de un cambio en la estructura de la propiedad, del ingreso, de las inversiones, del consumo, de la educación y de la organización política y administrativa. Igualmente contempla el cambio en las relaciones internacionales de tipo político, económico y cultural.

El deseo y la previsión de la clase dirigente Se modifican, con el genero y con la intensidad de la presión proveniente de la clase popular.

En el cuadro siguiente se exponen las alternativas que pueden plantear esta confrontación de actitudes y de fuerzas.

Explicación del cuadro

VALORES: Se toman arbitrariamente tres grados de intensidad: el máximo, el medio y el mínimo.

DESEO: No se trata de una actitud tradicional y sentimental únicamente. Ni de una actitud de personas aisladas. El deseo puede ser motivado por razones económicas y por intereses de grupo. Del deseo se excluye, en este planteamiento, el temor ante el peligro de no supervivir como clase o como grupo. Este temor se incluye en la columna de "Previsión".

El deseo se analizó anteriormente, al considerar los intereses comunes que podrían determinar a la clase dirigente a hacer decisiones en cuanto a las inversiones productivas.

FORMAS POSIBLES DE CAMBIO DE ESTRUCTURAS.

 

Clase

Dirigente

Clase popular

Resultado

Ejemplo

Valores

Deseo

Previsión

Presión

Revolución Pacífica

Chile

a=Máximo

b

a

a

Revolución violenta

Cuba

b=medio

c

c

a

Reformismo

Colombia

c=Mínimo

c

b

b

Golpe de Estado

 

 

 

 

 

Derechista

Brasil

 

c

a

b

Represión

Venezuela

 

c

a

c

Statu quo

Uruguay

 

b

b

b

Revolución

 

 

 

 

 

Pacífica ideal

 

 

a

a

a

 

 

 

Ante el cambio de estructuras.

Aunque se corra el riesgo de generalizar arbitrariamente, se puede afirmar que el grado de deseo en la clase dirigente depende del número, de la independencia económica, nacionalismo y mentalidad de empresarios de que gocen sus miembros. Una burguesía progresista puede desear el cambio de estructuras. Sin embargo el progresismo en la burguesía, es también un subproducto del desarrollo general.

PREVISIÓN: La previsión es una posición totalmente intelectual y racional. Un suceso se puede prever aunque no se desee. La actitud ante el cambio de estructuras puede variar fundamentalmente si éste se prevé'. Muchas decisiones se pueden tomar por parte de la clase dirigente en virtud del famoso principio de "sacrificar algo para no perderlo todo".

La previsión de la clase dirigente depende de dos factores: la capacidad de análisis y la información. La capacidad de análisis esta' en función de la calificación y de la inteligencia de sus lideres. La información depende de los canales de comunicación.

Si uno de los dos factores falla, la previsión falla también. Por eso se pueden plantear diferencias entre la previsión de la clase dirigente y la presión real de la clase popular.

Desgraciadamente en los países subdesarrollados es posible que se presenten fallas en las dos; La calificación profesional promedio de los dirigentes puede ser baja especialmente en los países colonizados en donde los países colonizadores han impedido la educación superior de los cuadros aut6ctonos.

Dc todas maneras es muy probable que la calificación de los dirigentes se resienta del bajo nivel educacional general, característico de los países subdesarrollados. Esta situación se agrava, si los más calificados salen a trabajar a los países desarrollados.

En cuanto a la información; el problema en los países subdesarrollados, generalmente colonizados, en alguna época, es la coexistencia de dos culturas.

Maurice Duverger clasifica estas dos culturas dentro de la "Población moderna" y la "Población arcaica".

En general la minoría dirigente se identifica con la primera, y la mayoría popular, con la segunda. La separación cultural es el principal obstáculo para la información. Los medios de comunicación son cada vez más asequibles a la clase popular. Esta comunicación aumenta las expectaciones de esta clase, en forma desproporcionadamente mayor a los progresos económicos y sociales. Las instituciones de comunicación son controladas por la clase dirigente (prensa, radio, televisión, etc.). La clase popular tiene pocos medios de comunicación. Esta circunstancia puede producir una información relativamente buena por parte de la clase popular, en relación a las actitudes de la clase dirigente; pero también puede impedir que la clase dirigente sepa lo que esta' sucediendo en los grupos mayoritarios. En muchas ocasiones, por las diferencias culturales, es posible que se emplee el mismo vocabulario con significados diferentes. Entonces el lenguaje puede distanciar más que unir. Puede ser que exista una presión de base poderosa, que no sea prevista por la clase dirigente.

PRESIÓN: Ya se explicaron atrás las diferentes clases de presión que puede ejercer la clase popular. En este cuadro no se intenta precisar cual de las tres se ejerce. Con todo, el grado de intensidad (a, b, c) se refiere a la eficacia con que se busque el cambio estructural propiamente dicho.

EL RESULTADO: Puede ser dudoso, pero el expresado se considera bastante probable.

LOS EJEMPLOS: Son tomados de casos latinoamericanos que son los que mis conoce el autor. Puede ser que no sean totalmente exactos, pero son ilustrativos.

6. Deducciones

Dc las alternativas planteadas se pueden extraer las siguientes conclusiones:

A. En los países subdesarrollados los cambios de estructura, no se producirán sin presión de la clase popular.

B. La revolución pacifica está directamente determinada por la previsión de la clase dirigente, ya que el deseo, por parte de esta, es difícil de lograr.

C. La revolución violenta es una alternativa bastante probable, por la dificultad de previsión que tienen las clases dirigentes.

Respecto de la planificación económica se puede afirmar, que es difícil obtener una planificación económica orientada técnicamente para las mayorías, Si no hay una reforma de estructuras que permita a esas mayorías, presionar las decisiones políticas.

Si la planificación no la hace el Estado, orientando coercitivamente las inversiones, es imposible lograr eficiencia en favor de las mayorías. Por esto el problema para el cristianismo, se plantea en términos de caridad eficaz, es decir, en términos de aquello que constituye la primera prioridad en el apostolado del mundo moderno y de los países subdesarrollados.


RESPONSABILIDAD DEL CRISTIANO EN LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA


1. Planteamiento del problema

Se ha demostrado que el apostolado actual, debe tener como principal objetivo, especialmente en los países subdesarrollados, el logro de una caridad verdaderamente eficaz entre todos los hombres, sin distinción de credos, actitudes o culturas.

Por otra parte, parece prácticamente imposible lograr que las mayorías de los países subdesarrollados logren acceso a niveles socio-económicos verdaderamente humanos, sin una planificación económica que cambie las estructuras. Las estructuras no cambiarán' sin una presión de las mayorías, presión que será pacifica o violenta, de acuerdo con la actitud que asuma la clase dirigente minoritaria.

Ante ese proceso, el cristianismo debe adoptar una actitud para no traicionar la práctica de la caridad. Es necesario que su reacción no sea, en absoluto, una reacción oportunista y claudicante ante las exigencias del mundo, pero el cristiano no debe apartarse del mundo, sino preservarse del mal (Jo, xvn, 15). Debe santificar al mundo en la verdad (Jo, XVII, 19). Debe, como Cristo, encarnarse en la humanidad, en su historia y en su cultura. Para eso debe buscar la aplicación de su vida de amor sobrenatural, en las estructuras económicas y sociales, en las cuales tiene que actuar.

2. Posibilidades históricas de realizar en países subdesarrollados, una planificación económica, tecnificada en favor de las mayorías

A. REALIZACIÓN DIRIGIDA POR LOS CRISTIANOS.

Cuando se habla de una realización temporal ejecutada por cristianos, se debe descartar todo genero de integrismo, se trata de la acción de los cristianos como personas, como ciudadanos del mundo, y no como integrantes de una institución y sociedad religiosa.

Por esta razón no es necesario definir, si esta acción se verificará por un partido político que se llame cristiano, o por cualquier organización en que participen los cristianos. Lo que se intenta definir son las posibilidades, ventajas y desventajas, de que los cristianos lleven el liderazgo de una planificación tecnificada en favor de las mayorías en países indigentes.

Posibilidades

No obstante los adelantos logrados en los últimos tiempos, es necesario reconocer que los cristianos han andado a la zaga en el campo de las realizaciones sociales. Además, solo en los últimos tiempos la orientación técnica y científica ha sido patrimonio de los cristianos. Tanto por su comprometimiento como por su calificación científica, los cristianos, especialmente en los países subdesarrollados, no merecen en general, o no pueden llevar el liderazgo en la planificación económica y en la reforma de estructuras.

Esta situación podría cambiar, en el caso de que las otras corrientes ideológicas se detuvieran en su acción y en su tecnificación, y los cristianos continuarán en su avance. Sin embargo, esto no parece probable.

Ventajas

En el caso de que los cristianos asumieran el liderazgo del cambio y de la planificación, es posible que los fines últimos fueran de un humanismo más integral y que los medios escogidos fueran menos traumáticos, especialmente en relación con ciertos valores espirituales.

Desventajas

Dadas las circunstancias históricas en que se encuentran los cristianos, es posible que éstos fallen por la falta de tecnificación y por el monolitismo doctrinal. Monolitismo, en el sentido de exclusión del pluralismo en la acción, lo cual impide el concurso de muchos lideres de alta calificación científica. Esta exclusión no se la pueden permitir los países en donde lo que hay es precisamente penuria de técnicos.

B. REALIZACIÓN DIRIGIDA POR LOS MARXISTAS

Por marxistas se entiende específicamente los que se adhieren al materialismo hist6rico y al
materialismo dialéctico. Dentro de estos se encuentran los comunistas ortodoxos. El caso de estos es necesario tratarlo aparte. En primer lugar se consideraran los marxistas que no obedecen a la disciplina de los partidos comunistas oficiales.

Posibilidades

En el mundo moderno, los marxistas comenzaron el movimiento en favor del cambio de estructuras. Tienen técnicos en economía y en ciencias físicas y biológicas. El dogmatismo en ciencias sociales perjudica parcialmente a los ortodoxos, que son los verdaderamente dogmáticos. Se dice "parcialmente", porque muchos análisis socio-económicos de los ortodoxos concuerdan con la realidad socio-económica de los países indigentes. Es más: Si se comparan los análisis marxistas que versan estrictamente sobre la realidad socio-económica de estos países con los análisis capitalistas, los primeros, es decir, los marxistas, son más adaptados a la realidad y, sobre todo, a las expectaciones de las mayorías indigentes.

En lo referente a la planificación económica, los marxistas han tenido la prioridad. Es importante establecer la diferencia entre el mecanismo puramente económico, administrativo y técnico de una planificación económica que regule autoritativamente las inversiones, y la filosofía que ha inspirado esa regulación. Regulación que se encuentra inspirada, boy en día, y practicada en virtud de otras filosofías, por ejemplo, en Israel. Lo que prueba que no esta' necesariamente ligada a la ideología marxista.

Ventajas

Entre las ventajas de una realización marxista, podernos anotar su orientación específicamente popular y el valor de su análisis sobre sociedades subdesarrolladas o en desarrollo. Además su tradición en la lucha por el cambio de estructuras y por la planificación técnica.

Desventajas

Los marxistas ortodoxos corren el riesgo de ser dogmáticos en materias tan complejas, tan mutables y tan contingentes como las socio-económicas. Igualmente, en lo que se refiere a tácticas, los "miembros del partido" siguen esquemas prefabricados que, en muchos casos (como en Cuba), los obligan a marginarse en las luchas revolucionarias, que se separan de esos esquemas.

En cuanto a los marxistas heterodoxos, el riesgo que pueden correr, es el de perseguir fines truncos y recortados por estar limitados a las concepciones materialistas. Respecto de los medios, es probable que muchos de estos coarten algunos derechos humanos.

C. REALIZACIÓN DIRIGIDA POR ELEMENTOS NO DEFINIDOS

Probabilidades

La lucha revolucionaria no se puede realizar sin un "Weltanschaung" completo e integrado. Por eso es difícil que en el mundo contemporáneo occidental, esta lucha pueda realizarse fuera de las ideologías cristiana y marxista que son, prácticamente, las únicas que tienen un "Weltanschaung" integral. Por esta razón es también difícil que las personas no definidas en alguno de estos campos ideológicos, puedan asumir un liderazgo revolucionario.

Estas personas pueden contribuir en la medida en que estén comprometidas (engagés) y en la medida en que sean técnicas.

Ventajas

Las personas no definidas tienen la ventaja de despojar de dogmatismo las luchas políticas, siempre y cuando estas personas tengan influencia y obren de buena fe.

Desventajas

Los extremos pueden ser desventajosos, en aquellos que no obran en virtud de una concepción total del problema: el constituirse en idiotas útiles de alguno de los sectores, en obras sin ninguna mística.


3. Actitud del cristiano ante las realizaciones en materia de cambio estructuras y planificación económica en favor de las mayorías

Después de lo expuesto, queda muy claro que el cristiano, en los países pobres, no solamente puede, sino que debe comprometerse en el cambio de estructuras para lograr una planificación técnica en favor de las mayorías.

De hecho, las mayores reticencias para adoptar esta actitud le vendrían al cristiano en caso de que la acción, para los objetivos expresados, fuera encabezada por los marxistas.

En tal caso el cristiano tendría tres alternativas:

El rechazo de esa acción
La abstención
La colaboración

El rechazo o la abstención ante una acción que en Si seria benéfica para la mayoría, debe ser motivo de reflexión para un cristiano. Para decidirse a ello se necesitaría demostrar que los medios empleados son intrínsicamente malos o que hay fines inevitables, que también lo son.

En lo que se refiere a la planificación económica, el fin principalmente buscado, es el de controlar las ganancias y las inversiones. El medio seria la intervención del Estado, tanto cuanto fuera necesario en los medios de producción.

Es posible que esa intervención llegue hasta la nacionalización de algunos o todos los medios de producción.

Este fin y este medio no son intrínsicamente malos. Más aún, si emplear este medio y buscar este fin, es la forma como se logra mejor el bien común en una sociedad y en una época histórica determinadas, se vuelve moralmente obligatoria la colaboración para realizarlos.

Queda, por ultimo, el problema de los otros fines buscados y los otros medios empleados por los marxistas.

La colaboración con éstos implica un problema de moral y un problema de táctica que están íntimamente ligados:

Un problema moral, Si hay fines malos que pueden ser consecuencia del fin esencial o si se utilizan, de hecho, medios malos. Si es así, el rechazo o la abstención aun no son necesarios hasta no probar qué clase de mal se evita y qué tipo de causalidad tienen los fines malos respecto de los buenos (causalidad eficiente, total, esencial, etc.) En la realidad hist6rica de los países subdesarrollados estas circunstancias son difíciles de constatar. La revolución es una empresa tan compleja que seria artificioso encasillarla dentro de un sistema de causalidad y finalidad tan homogéneamente malo. Los medios pueden ser diversos, y en el curso de la acción está al introducir modificaciones.

En cuanto al problema de táctica, es necesario preguntarse: La colaboración decidida y técnica de los cristianos; en un proceso que en si es justo, ¿no podría descartar medico y fines malos?

Si se analiza de cerca la problemática marxista, creo que se puede contestar afirmativamente. El materialismo dialéctico y el materialismo histórico, aparecen dentro del proceso mental de los marxistas como una especulación tan demasiado útil para la práctica revolucionaria, como para que pueda ser objetiva. Además, el enfoque materialista da, a los marxistas, una tendencia hacia lo positivo.

Si se logra la aplicación de los principios económicos y sociales, es probable (y de hecho ha sucedido en casos como el de Polonia) que su insistencia en las especulaciones filosóficas se desvanezca. Es más, los últimos planteamientos de Togliatti sobre la táctica anti-religiosa, muestra cómo el marxismo tiene que evolucionar en su teoría, Si en la práctica se demuestra, que la religi6n no es "el opio del pueblo".

Para realizar la colaboración que se ha planteado, es necesario tener en cuenta ciertas normas, para no correr el riesgo de servir como "idiota útil".

"Determinar si tal momento (el de los contactos con no católicos) ha llegado o no, como también establecer las formas y el grado en que hayan de realizarse contactos en orden a conseguir metas positivas ya sea en el campo económico y social, ya también en el campo cultural y político, son puntos que s6lo puede enseñar la virtud de la prudencia, como reguladora que es de todas las virtudes que rigen la vida moral, tanto individual como social. Por esto, cuando están en juego los intereses de los católicos, tal decisión corresponde de un modo particular a aquellos que en estos asuntos concretos desempeñan cargos de responsabilidad en la comunidad; Siempre que se mantengan, sin embargo, los principios del derecho natural al par que la doctrina social de la Iglesia y las directivas de la autoridad eclesiástica.".

Es importante por lo tanto que la colaboración se establezca.

En el plano de la acción, en el cual se puede concretar el alcance y las implicaciones doctrinales.

Conociendo muy bien tanto los fines y medios mis eficaces, de acuerdo con la técnica y las circunstancias como los fines y medios que corresponden a la teoría marxista.

Con decisión y sin timídeces, ya que la mayor autoridad aceptada por la sociedad que necesita un cambio de estructuras es la del comprometimiento revolucionario que, para el cristiano, debe ser el comprometimiento en la caridad, Esta autoridad permitirá exigir concesiones a los marxistas en el caso de que ellos tengan alguna cuota de poder.


CONCLUSIONES

Buscar el planeamiento económico autoritativo en los países indigentes, es generalmente una obligación para el cristiano. Este planeamiento es una condición para la eficacia en el autentico servicio de las mayorías y por lo tanto es una condición de la caridad en estos países.

Es más probable que los marxistas lleven el liderazgo de ese planeamiento. En este caso, el cristiano deberá colaborar en la medida en que sus principios morales se lo permitan, teniendo en cuenta la obligación de evitar males mayores y de buscar el bien común.

En estas condiciones puede ser que en los países subdesarrollados no se repitan las luchas entre los grupos que pretenden las reformas estructurales en favor de las mayorías. Sin claudicaciones, sin vencedores ni vencidos, los cristianos podrán participar en la construcción de un mundo mejor cada vez más cercano a su ideal del Amor universal.

Cancionero