PAPEL DE LA UNIVERSIDAD.
La Universidad ha tenido siempre el papel de formar los dirigentes de un país, tanto desde el punto de vista científico como desde el punto de vista ético.
Desde el punto de vista científico, dotando a los futuros profesionales de aquellos conocimientos indispensables para investigar y resolver los problemas específicos de su país, de su sociedad. Desde el punto de vista ético, en dos sentidos: negativamente, enseñándoles a emplear esa ciencia sin menoscabo de los derechos de Dios y de los demás; positivamente, dirigiendo sus inquietudes científicas mas hacía el servicio de Dios y del prójimo, que al servicio de sí mismo.
Esta doble formación esta hondamente arraigada, no solamente en los principios de la revelación, sino también en los de la simple razón natural. Por la revelación sabemos que el máximo mandamiento es el de la caridad de Dios y del prójimo. Sabemos también que es una tentación a Dios el querer lograr un fin sin poner los medios mas apropiados para obtenerlo. Ahora bien: la caridad es servicio, y el medio mas apropiado para servir es la ciencia. La razón natural nos dice que la ciencia tiene que tener como fin al hombre, concebido en toda su realidad La ciencia no se puede concebir sino como servicio del hombre y de Dios, a través del hombre.
Por otra parte, el servicio del bien común, aun a costa del bien individual, no es sincero ni efectivo, si no se tratan de buscar los medios más aptos; el servicio del hombre no puede concebirse sin la ciencia y la técnica. Especialmente en nuestros países latinoamericanos, en donde la desproporción entre el desarrollo de los elementos materiales con respecto al desarrollo de los elementos humanos es mayor, la urgencia de la formación humana es más apremiante.
LOS PROBLEMAS SOCIALES ANTE LA CIENCIA Y EL SERVICIO.
Todo servicio es por si mismo social, ya que supone, por lo menos, dos individuos. En este sentido la formación ética siempre ha debido ser social y, por lo tanto -aunque no sea sino por esta razón-, ha debido ser social siempre la formación científica, ya que no puede haber formación moral sin formación especulativa. Además, la enseñanza científica de las universidades se ha orientado, a través de los altos, de acuerdo con las necesidades y las inquietudes de cada época. Esta es la única manera de crear dirigentes que respondan a la vocación histórica que les toca realizar en cada época.
Es un axioma decir que los problemas sociales son los que reclaman mas insistentemente una solución y los que más inquietan al hombre moderno; la política, nacional e internacional, se orienta hoy en día de acuerdo con ellos. Las diversas ciencias, medicina, ingeniería, arquitectura, psicología, economía, etc., insisten cada día mas en sus incidencias sociales.
El mundo se despierta de un largo letargo individualista, para especializarse en la sociedad. Es imposible que la Universidad, que es la que forma a los dirigentes de los diversos países, no los capacite para solucionar adecuadamente los grandes problemas contemporáneos. La Universidad traicionaría su misión si formara profesionales sin interés por el hombre, por la sociedad y por Dios. Este interés no se logra hoy en día sin mostrar las causas profundas de los problemas humanos actuales y las necesidades sociales que reclaman pronta solución.
ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS SOCIALES
Hace ya mucho tiempo que estos problemas se han venido estudiando; sin embargo, hoy en día se ha precisado y dividido cada vez mas el campo de estudio. Su división entre ciencias sociales especulativas y positivas ha aclarado muchos problemas y ha perfeccionado métodos. La sociología se considera como una ciencia de observación positiva, independiente de la filosofía social, que es una ciencia normativa. De esta manera, muchas investigaciones sociológicas hechas por personas de ideologías adversas, pueden y deben coincidir si han sido hechas con todo el rigor científico.
Esta distinción no implica desconexión. En la parte de acción debe entrar el factor normativo. Entonces lo importante es que la norma este de acuerdo con la realidad, y la realidad haya sido conocida adecuadamente. Este conocimiento adecuado no se puede hacer sin investigación científica. Por eso es indispensable que toda acción social este basada, además de su base doctrinal, sobre la investigación positiva de la realidad.
Esto implica que las universidades no pueden abstenerse de contemplar el problema de la investigación social. Los problemas sociales son eminentemente concretos; dependen de cada cultura y de cada sociedad. El tratar de dar principios sin aplicación a una realidad nacional bien determinada, no seria de mayor aporte para el bien de nuestro país. Es necesario que los profesores de ciencias sociales positivas basen sus cursos en las investigaciones concretas que se hayan hecho.
PREOCUPACION POR LOS PROBLEMAS SOCIALES.
Para preocuparse por los problemas sociales es necesario una base mínima de altruismo. Ese altruismo debe fundarse sobre principios sólidos y alimentarlo adecuadamente, para que pase a la practica. La mística cristiana, en cuanto basada enteramente en el amor, es la más apta para dar esa dosis de altruismo, y no solamente en el grado mínimo, sino también en el grado heroico que nos muestra la historia de la Iglesia.
El alimento de ese sentimiento, además de las razones humanas del amor cristiano, consiste en esa vida sobrenatural de la gracia, que sostiene al hombre en su debilidad y lo hace constante e impetuoso. Por eso en un país católico como el nuestro, desde el punto de vista únicamente de los problemas sociales, es necesaria la formación religiosa. Para atenderla bien seria indispensable un sacerdote para cada facultad de ciencias sociales.
El hecho de que la inquietud social se acople tan perfectamente a la inquietud cristiana, implica la prudencia que los católicos deben tener ante las cuestiones sociales. Es necesario saber hasta donde se puede ceder y hasta donde se debe ceder. Ya que estas ciencias - cuando son positivas - se basan en la investigación, se impone inquirir hasta que punto una investigación puede ser valedera y tratar de sacar la parte positiva que tenga, si no lo es. También es indispensable ver las posibles flaquezas científicas junto con las teológicas, para poder defender sus puntos de vista, en un terreno abierto a las dos partes.
De ahí la necesidad de que los Capellanes Universitarios tengan nociones de cuestiones sociales. Ellos irán a orientar el criterio de todos los católicos, que deberán orientar a los demás. Por ultimo, es importante que los problemas religiosos se planteen al científico, de la manera más racional y más ajustada a su mentalidad. Toda la exposición de las consecuencias sociales del Evangelio será el método para cumplir estos dos fines. De ahí que los Capellanes Universitarios deban vibrar con los mismos problemas de los estudiantes y esa inquietud la integren dentro de un cristianismo vivido.
RECOMENDACIONES
Pídase a la Venerable Conferencia Episcopal que apruebe una proposición nombrando algunos sacerdotes de tiempo completo para la asistencia espiritual de los universitarios de todo el país.
Créese un Instituto Ínter universitario de investigación Social para que provea de investigaciones e investigadores a las diferentes Facultades de Ciencias Sociales que funcionan en el país.