Es la coacción física, de carácter terrorista, ejercida predominantemente en las áreas rurales de nuestro país por pequeños grupos que pretenden obtener ciertas ventajas políticas y económicas. Así la distinguimos de las manifestaciones de extorsión moral, del bandolerismo típicamente urbano, de las guerras civiles que nos asolaron en el siglo pasado, y de la delincuencia individual.
¿PERO SOLO EN COLOMBIA HAY VIOLENCIA?
Claro que no. Para no referirnos sino a este siglo, recordemos la situación en Rusia después de la guerra con el Japón y antes de la Revolución del 17, la situación china hasta nuestros días, los "Cangaceiros" y todas las pandillas bandoleras de Sur América, de México, del Oeste norteamericano.
¿SIEMPRE HAN SIDO LAS MISMAS CAUSAS?
No me atrevería a dogmatizar. Pero siempre se observan dos fenómenos concomitantes. Primero, la oclusión de las vías pacificas para la promoción - económica, social y cultural. Segundo, el establecimiento de un contacto social que descubre a esos grupos la posibilidad de lograr esa promoción por medio de la violencia.
¿QUE PAPEL JUEGA LA POLITIGA EN TODO ESTO?
La ceguera o el apasionamiento de los políticos los ha llevado a decir -por lo menos a algunos- que se busque el remedio sin indagar las causas. Es como si un medico formulara una droga sin haber diagnosticado antes. Me lo explico, porque al indagar las causas se establecen responsabilidades. Pero esto es lo que debemos hacer los diferentes grupos sociales: hacernos cargo de nuestra parte chica o grande, en este tremendo problema nacional.
¿Y ASI SE ELIMINARIA LA VIOLENCIA?
Esa es la condición previa. Pero luego es necesario afrontar, a costa de los mayores sacrificios, la necesidad de crear canales de promoción en los campos económico, social, cultural y político.
¿COMO?
En el económico, con una reforma agraria que reestructure la posesión de la tierra en base a la mayor productividad y dentro de la libertad, naturalmente. En el social, por medio de una Acción Comunal bien orientada, que devuelva al país el sentido de la solidaridad. En el cultural, consagrando mayor parte del presupuesto a la formación de técnicos y a campañas de alfabetización. Y en el campo político, resultante de los anteriores, mediante la participación real de la masa en la dirección del país.
USTED HABLA DEL GONTACTO SOCIAL COMO SEGUNDO FENOMENO CONCOMITANTE DE LA VIOLENCIA. ¿SE PODRIA PENSAR EN LIMITARLO?
Es utópico si solo se hace eso. El mundo contemporáneo -incluyendo nuestro encastillado mundo rural- ya no se puede considerar como una torre de marfil, protegida de influencias extrañas. Las influencias ideológicas sobre todo, no se pueden reprimir hoy en día. Es mas inteligente afrontarlas, si son antisociales. Reprimir la violencia es posible y necesario; pero a las doctrinas que pregonen la solución violenta es necesario combatirlas con ideas y con hechos. El anticomunismo es, en ocasiones, un sofisma de distracción de nuestros dirigentes, para excusarse de resolver los problemas de base. Los que trabajamos en el campo científico no podemos conformarnos sino con el estudio realista y metódico de estos problemas, para que nuestro mismo pueblo, en el que hay valores humanos incalculables, asuma el mismo la lucha contra toda fuerza que pregone la violencia.